Tom Cruise es conocido por su habilidad para el cine de acción y por no tener miedo ante las escenas más arriesgadas. Sin embargo, la carrera del actor es larga y está llena de películas para no perderse. Rain Man o Misión: imposible son buenos títulos, pero no tienen nada que hacer ante Magnolia, una obra maestra del genial Paul Thomas Anderson. Sin duda, una de las mejores películas de todos los tiempos.
La película ganó un Oso de Oro en 1999, Cruise recibió el Globo de Oro por su actuación y obtuvieron tres nominaciones al Oscar. Además de ser reconocida por la Academia, Magnolia fue aclamada por la crítica que la definió, mayoritariamente, como un trabajo "ambicioso, interesante y con actuaciones excelentes". Si aún no la has visto o quieres volver a disfrutar de ella, está disponible en HBO Max.
'Magnolia', pura vida
Amor y sexo, esperanza y desesperación, éxito y fracaso, miedo y pérdida, sufrimiento y dolor, nacimiento y muerte. Los primeros 15 minutos de Magnolia probablemente te dejen trastocado para lo que queda de película. El comienzo de la cinta toca numerosos temas que probablemente nos conciernen a todos en algún momento de nuestra vida y ese es el eje principal de lo que quiere contar el director.
New Line Cinema
Magnolia es todo un lujo cinéfilo de la mano del director Paul Thomas Anderson, uno de los grandes maestros del séptimo arte. Anderson no tiene miedo a innovar y aquí prescinde de la estructura narrativa clásica, una idea con la que sale ganando. Termina siendo un mosaico de personas de lo más diversas con el que intenta buscar el significado de la vida y la muerte.
Ya sea el predicador de televisión Frank (Tom Cruise), que alimenta a su audiencia masculina con mensajes misóginos, Earl (Jason Robards), que sufre de cáncer, y su cuidador Phil (Philip Seymour Hoffman), o la suicida Linda (Julianne Moore), todas son personas imperfectas que están expuestas a lo que el destino quiera hacer con ellas mientras buscan su propio camino hacia la felicidad.
Magnolia tiene una puesta en escena impactante, unas actuaciones brillantes y un guion excepcionalmente ben escrito. "Un filme que consigue torcer la realidad, como en esa increíble lluvia de ranas que rompe el film y que actúa como desencadenante. Porque Magnolia trata sobre lo imprevisible en un país muy imprevisible, sobre lo singular en un lugar donde reina lo mayoritario. Elogio de la diferencia, del gesto personal que, quizás todavía hoy, sigue siendo la cumbre de su autor", escribe Miguel Blanco en su crítica en SensaCine.
