Ahora todo el mundo sabe quien es Kevin Smith, pero, cuando el polifacético director, guionista, autor de cómics, actor, cómico y un largo etcétera sacó adelante la película que le puso en el mapa, Clerks (1994), tuvo que hacerlo completamente solo y dejarse la piel en el proceso. Afortunadamente para Smith y para los millones de fans en todo el mundo que alaban su trabajo, consiguió hacerlo: la película, rodada con un bajísimo presupuesto, consiguió la oportunidad de ser proyectada en un famoso festival y su acogida permitió que acabase llegando a las salas de cine. El resto: es historia. Clerks fue la primera de una querida y famosa "saga" de culto y, 25 años después, se convirtió en patrimonio de EE UU, siendo la primera elegida de las 25 películas que en 2019 se incorporaron al Registro Nacional del Cine.
Sacar adelante Clerks, su primer largometraje, fue un acto de amor por el cine, creatividad, valentía y autofinanciación llevado a cabo por Kevin Smith, director y guionista del proyecto, pero también productor, puesto que precisamente en 1994 fundó su productora View Askew para sacar adelante la que sería su opera prima y sus posteriores películas.
Para rodar Clerks, Kevin Smith pudo reunir finalmente 27.575 dólares. Un presupuesto realmente bajo para la producción de una película, pero que el director pudo salvar gracias a contactos, sacrificios y dinero prestado. Para empezar, Kevin Smith rodó la mayor parte de su película en las tiendas y videoclubs en los que había trabajado en el pasado y pidió a varios de sus familiares y amigos que interpretaran personajes, algunos incluso varios. Además, para conseguir dinero, Kevin Smith vendió una gran parte de su enorme colección de cómics -que luego volvería a poder comprar, afortunadamente-, pidió ocho tarjetas de crédito y agotó el límite de 2.000 dólares de cada una de ellas, pidió dinero prestado y, por supuesto, tiró de todos sus ahorros.
Protagonizada por Brian O'Halloran y Jeff Anderson, Clerks es la historia de Dante (O'Halloran), un trabajador de una tienda de alimentos llamada Quick Stop a la que la vida no le sonríe demasiado y su amigo Randal (Anderson), que trabaja en el videoclub de al lado. Aunque a Dante no le tocaba trabajar y ha visto como su día libre se le escapaba de las manos, al final ambos trabajadores se enfrentan a una nueva jornada laboral repleta de conversaciones filosóficas al tiempo que empiezan a producirse todo tipo de situaciones inesperadas entre sus respectivos y extraños clientes.
En Clerks, además, conoceríamos a los famosos Jay y Bob el Silencioso, que, encarnados por Jason Mewes y el propio Kevin Smith, acabarían siendo tan carismáticos entre el público que se convertirían en los protagonistas de sus propias películas.
Tras su debut en el Festival de Sundance, en el que ganó un premio, Miramax se hizo con los derechos de Clerks para su distribución en cines y fue una sorpresa, con una recaudación total de 4,4 millones de dólares que suponen un auténtico éxito comercial para una película de tan bajo presupuesto. Asimismo, Clerks fue reconocida con el Premio de la Juventud en el Festival de Cannes y dejó huella en la historia del cine independiente, siendo hoy considerada una película de culto e incluso patrimonio de los Estados Unidos.
El éxito de Clerks permitió además crear una "saga" de películas independientes entre sí pero interrelacionadas a la que Smith se refiere como "View-askew-verso" y que también son de culto: Mallrats (1995), Persiguiendo a Amy (1997) y Dogma (1999), a las que posteriormente seguirían Jay y Bob el Silencioso contraatacan (2001), Clerks II (2006), Jay and Silent Bob Reboot (2019) y Clerks III (2022).
