Han pasado casi 40 años desde que Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger se conocieron en el rodaje de la mítica Terminator, la película dirigida por James Cameron y estrenada en 1984 en la que la intérprete encarnaba a la siempre icónica Sarah Connor y el ex físicoculturista al cyborg titular, el Terminator T-800 enviado desde el futuro con la misión de matarla.
Ambos Schwarzenegger y Hamilton retomarían a sus personajes en algunas de las múltiples secuelas que conformaron la saga en el futuro y el éxito de película fue tal que siempre estarán vinculados a sus personajes por muchas décadas que pasen. Terminator, sus personajes, su estética e incluso algunas de sus líneas de guion forman parte de la cultura popular y nos atreveríamos a decir que prácticamente cualquiera podría reconocerlos desde cualquier lugar del mundo.
Aunque Terminator no fue la primera película de Schwarzenegger y ya había interpretado al personaje protagonista en Hércules en Nueva York en 1969 y aparecido en otros filmes como El gran guardaespaldas, la película que James Cameron considera su ópera prima sentenció el ascenso al estrellato del culturista, que venía de haber triunfado con Conan, el bárbaro dos años antes.
Sin embargo, por su condición de deportista profesional y su corta trayectoria como intérprete, Linda Hamilton y sus compañeros se hicieron una idea preconcebida de Schwarzenegger que no era precisamente buena cuando comenzaron a trabajar en el set de rodaje de Terminator en 1982.
Así lo reconoce la propia Hamilton, cuyo fichaje por la quinta temporada de Stranger Things ha sido uno de los grandes 'highlights' del evento TUDUM de Netflix celebrado este fin de semana, en la serie documental Arnold que la plataforma de 'streaming' estrenó a principios de junio. Unas declaraciones en las que ha reconocido sus dudas tanto respecto a la calidad de la película de James Cameron como hacia el talento de su compañero:
Realmente era solo otro trabajo. No pensé que fuera particularmente mejor que otros guiones que había leído. Quiero decir, realmente no tenía ni idea. Tenía un presupuesto muy bajo y todos éramos bastante nuevos en eso. Definitivamente tenía mis dudas
Además, según reconoce, una vez que comenzó a trabajar con Schwarzenegger, le juzgó rápidamente como un "farsante", por su pasado como culturista. Y no solo ella, sino otros miembros del equipo.
Según nuestra definición, Arnold era un farsante. Un culturista que finge ser actor
Una opinión apresurada que, según cuenta para el documental, cambió rápidamente cuando comenzó a ver cómo trabajaba: "Pero como tenía curiosidad, fui y me quedé al margen mirando a Arnold, y lo compré. La fisicalidad y la rigidez y todas las cosas que estaba implementando. Fue como: Ok, esto podría funcionar".
Y vaya si funcionó. Con una recaudación de 78 millones de dólares frente a los 6 millones de presupuesto, Terminator acabaría siendo la primera de una de las más grandes sagas de ciencia ficción de la historia. Ambos, Hamilton y Schwarzenegger volvieron a trabajar juntos hace muy poco, concretamente en la secuela de 2019 Terminator: Destino oscuro, aunque en este caso no se cumplieran las expectativas.
