En 1963, un nuevo grupo aparecía en las viñetas de una Marvel Comics que estaba descubriendo eso tan cacareado hoy en día del "universo compartido". Entre abogados ciegos, magos, hombres araña y millonarios anticomunistas, de alguna manera se colaron cinco mutantes que empezaron yendo bien en ventas pero acabaron cayendo en el ostracismo: en 1970, Stan Lee decidió cancelar la serie por su fracaso absoluto. Eran, efectivamente, los X-Men.
¡A por ellos, mi Patrulla!
Tras tres películas de X-Men en Sony, donde el equipo pasó por los cambios más variopintos, el estudio decidió hacer un reboot volviendo a un grupo mezcla de mutantes originales y otros más conocidos por las películas: Mística, Banshee, Bestia, Ángel, Havok y Darwin. Y además, Charles Xavier y Magneto juntos al fin tras ser enemigos durante tantas películas. El experimento tuvo beneficios, pero a largo plazo se convirtió en la cuarta película menos taquillera de la saga, incluso por detrás de X-Men Orígenes: Lobezno.
Y eso que cada detalle estaba cuidado al máximo, pero ni siquiera por esas pudieron evitar algunos gazapos imposibles. Hay uno que es especialmente notorio: Charles Xavier tiene en la mesilla una foto de Albert Einstein. ¿El problema? Que la escena tiene lugar en 1944... y la fotografía se hizo en 1947. Vale, sí, espero que nadie fuera despedido por esto.
Al final, la saga X-men acabó en 13 películas y 5 temporadas de dos series antes de pasar a manos de Marvel, que de momento los mantiene escondidos con la esperanza de que el público acabe olvidándose de cosas como Fénix Oscura o Los nuevos mutantes que ya achacaron un cansancio generalizado. Ah, eso sí: Lobezno vuelve en Deadpool 3. No hay cansancio para ver a Hugh Jackman con las garras de adamantium. ¡Snikt!