La adaptación de American Psycho a la gran pantalla fue tortuosa. En parte porque Bret Easton Ellis, el autor de la novela, no creía que nadie pudiera llevarla a cine y, en parte, porque él mismo ya estaba absolutamente harto de ella cuando llegaba la hora de escribir el guion. Tanto, que una de las versiones que escribió, cuando David Cronenberg se puso al mando de la producción, terminaba con un número musical tremendamente elaborado en lo alto de las Torres Gemelas. La cantidad de guiones, directores y actores que pasaron por el proyecto fue absolutamente abrumadora... hasta que llegó Mary Harron.
Asesinatos feministas
Harron fue la única que comprendió la complejidad de American Psycho y se impuso a un buen puñado de directores. No es que le faltara trabajo. De hecho, acababa de estrenar en Cannes Yo disparé a Andy Warhol y no le paraban de ofrecer proyectos, pero ninguno tan arriesgado (y, por tanto, divertido) como este: Harron estaba convencida de poder sacar la mirada feminista a un asesino homófobo y misógino como Patrick Bateman. De hecho, su única petición fue poder hacer el guion ella misma sin Easton Ellis censurando sus palabras.
Dicho y hecho. Es más, si la película es un éxito es, en gran parte, por su manera de escribir y dirigir a actores como Willem Dafoe, que hacía tres tomas de cada uno de sus planos, y en cada una interpretaba a su personaje, el detective tras el caso de los asesinatos, con un matiz distinto. En la primera, sabía que Bateman era el asesino. En la segunda, solo lo sospechaba. En la tercera, no tenía ni idea. A la hora de editar se mezclaron las tres versiones y el resultado fue una actuación tan fabulosa como maníaca. Increíble.
Con este panorama, Christian Bale era más que consciente de que podía estar acercándose a un suicidio creativo y que este podía ser su último trabajo. Sin embargo, decidió llevarlo al límite yendo al gimnasio para acabar pareciéndose a Tom Cruise e incluso blanqueándose los dientes para tener la imagen perfecta de yuppie al estilo Bateman. Con American Psycho todos los implicados decidieron que el miedo solo es una palabra inventada y se tiraron a la piscina. El resultado fue absolutamente increíble. Bueno, al menos si obviamos que después existió American Psycho 2.
