Corrían tiempos convulsos cuando esta película llegó al catálogo de Netflix en marzo de 2020, así que, por unas y otras razones, acabó pasando mucho más desapercibida de lo que debería. No fue ni será la primera a la que le pase, pero por mucho que hayan pasado cuatro años nunca es tarde para recordar que El niño que domó el viento es una de esas joyas escondidas que la plataforma de 'streaming' tiene en su catálogo y que definitivamente merece cada instante de tu tiempo.
Ópera prima del actor Chiwetel Ejiofor, el actor británico que conocimos en Love Actually y nos maravilló en 12 años de esclavitud se aventuró en su primera experiencia como director a través de las memorias homónimas de William Kamkwamba y Bryan Mealer y no solo se puso detrás de las cámaras: también escribió el guion e interpretó uno de los papeles principales.
El resultado fue una conmovedora e inspiradora película basada en hechos reales que fue proyectada por primera vez en el Festival de Cine de Sundance y se llevó el favor de la crítica, llegando a ser seleccionada por Reino Unido para representar al país en la 92 edición de los Premios Oscar, aunque no fue nominada.
El niño que domó el viento es la historia real de William Kamkwamba, un niño de 14 años que vive junto a su familia en una granja en un poblado de Malawi llamado Wimbe y que tiene un particular talento para la mecánica y la ingeniería. William se pasa el día arreglando objetos para sus conocidos y buscando componentes electrónicos a los que poder dar otra vida y, pese a que su familia no puede pagar su escolarización, se las apaña para asistir a clase y acceder a cualquier libro que pueda ayudarle a seguir profundizando en su obsesión.
Todo ese aprendizaje tendrá su recompensa. Cuando la sequía arruina la cosecha de su familia y su pueblo se ve inmerso en la hambruna, William pone en marcha un plan: construir un molino de viento con las piezas de la bicicleta familiar, que es el único bien que poseen.
Una historia real increíble y alentadora que el propio William, quien gracias a aquello tuvo la oportunidad de ir a la universidad con una beca, compartiría en sus memorias y que Chiwetel Ejiofor llevaría a pantalla con excelente resultado, rodando la película en la localización real donde transcurrió la historia.
"Fue como un efecto bola de nieve", contó Ejiofor a Deadline en 2019 sobre cómo había comenzado la aventura de El niño que domó el viento. "Comencé a leer este libro y fue una cosa la que llevó a la otra. Creo que salió en 2009 y lo leí entonces. Pensé: me encantaría contar esta historia en una película. Para ver si podía hacerlo, comencé ese proceso de hablar con la gente al respecto y traer a Potboiler Productions, Andrea Calderwood y Gail Egan, y luego escribí el borrador y fui a Malawi por primera vez para encontrarme con William Kamkwamba".
Con una duración de 113 minutos, El niño que domó el viento está disponible en el catálogo de Netflix.