Acaban de ponerle un marcapasos, pero Arnold Schwarzenegger sigue a pie de cañón y a punto de ponerse manos a la obra con la segunda temporada de Fubar, la serie de Netflix que funciona como la heredera perfecta de la película de los 90 Mentiras arriesgadas que protagonizase bajo la batuta de James Cameron. No obstante, aunque sigue en plena forma y cuidándose mucho, los años en los que Arnold Schwarzenegger era el héroe de acción del cine por antonomasia -como mucho empatado por Sylvester Stallone- hace tiempo que quedaron atrás.
Arnold Schwarzenegger: "Me he operado para convertirme un poco más en una máquina: tengo un marcapasos"De hecho Schwarzenegger, que también ha dedicado una parte muy importante de su vida a la política, experimentó los años más importantes de su carrera en los 80-90, justo cuando empezó a dejar atrás su etapa como fisioculturista para convertirse en actor. Aunque su primera gran oportunidad fue Conan, el bárbaro, la película que definitivamente le convirtió en una estrella fue Terminator, en la que interpretaba a un violento cyborg con la misión de acabar con la vida de una mujer en un futuro dominado por las máquinas.
Sin embargo, Conan y Terminator no fueron los dos únicos grandes éxitos que Arnold Schwarzenegger protagonizó en los años 80, que, definitivamente, fue una gran década para el recién llegado: en aquellos años la estrella de acción también arrasó con Depredador y Commando, que terminaron de consolidar su carrera.
Precisamente esta última, estrenada en 1985 bajo la dirección de Mark L. Lester, se emite hoy en el canal de acción de la TDT: Puedes ver Commando en BeMad a las 22:45 horas.
Aunque no es la más popular de su carrera, no hay duda de que Commando es una de las grandes películas de acción de los años 80 y fue un éxito de taquilla. Además, su tono, en el que la ultraviolencia a veces contrasta directamente con el humor, no solo se convirtió en el gran sello de identidad de la película, sino que acabó teniendo una gran influencia en otras películas del género de aquella época.
En ella, el exsoldado de élite John Matrix (Schwarzenegger) vive en pacífica reclusión, con una nueva identidad y junto con su hija Jenny (Alyssa Milano), pero, cuando alguien empieza a a asesinar poco a poco a todos los miembros de su antigua unidad, él mismo se convierte en un posible nombre más de la lista de objetivos. Tras ser atacado en su propia casa, los terroristas raptan a la hija de Matrix con el objetivo chantajear al coronel para que cometa un asesinato político en Val Verde, un país sudamericano. Con la vida de su hija en juego y en contra de su voluntad, el militar acepta el encargo.
Como recuerdan nuestros compañeros de FilmStarts, el humor de la película tampoco pasó desapercibido para el veterano actor: "Tan pronto como cargué un tronco de árbol de 500 libras [unos 2020 kilos] en un brazo, supe que la película sería divertida", contó el mismo en una sesión de preguntas y respuestas en la plataforma Online Reddit.
Sin embargo, cuando él y uno de los guionistas, Steven E. de Souza, quisieron introducir una anécdota de la Primera Guerra Mundial que haría que la película fuese aún más violenta, se pasaron un poco de la raya ante los ojos de los realizadores: "Quería cortarle el brazo a un tipo y luego matarlo con él", contó el actor en el Q&A. "No estaba en el guion. Me arrojaba un cuchillo y, después de fallar, le cortaba el brazo a la altura del hombro, matándolo".
No hace falta decir que el director del estudio, Larry Gordon, me pidió que fuera a su oficina. Él dijo: '¿Qué diablos te pasa? ¿Quieres ganar dinero con esta película o quieres hacer una película para adultos? Le dije: 'Tienes razón', y él dijo: '¡Sal de mi oficina!'
El guionista, Steven E. de Souza, también recordó aquella anécdota en 2016 para la revista Empire. "Arnold y yo habíamos escuchado esta historia de la Primera Guerra Mundial sobre un oficial francés al que le cortaron el brazo... A su lado hay un tipo con una bala en el pie que gime y grita, así que el oficial toma su brazo recién amputado y lo golpea en la cara. Entonces Arnold, mientras filmaban la escena en la que le corta el brazo al tipo con un hacha, sugirió que lo abofeteara con ella y le dijera: '¡Deja de quejarte!".
El director, Mark L. Lester, lo recordaba de forma diferente para el mismo reportaje, admitiendo que ahora no puede evitar pensar que probablemente aquello hubiese funcionado muy bien: "Se discutió en el set, pero todos dijimos: 'Eso es una locura'. Eres un comando: ¿por qué harías eso? En retrospectiva, probablemente habría funcionado", admitió
Finalmente, la línea de guion se quedó fuera, al igual que los planes de hacer una secuela, pero quedó su legado.
