Los directores Joel y Ethan Coen en la presentación de Inside Llewyn Davis.
Era una de las películas más esperadas y, cómo siempre suelen hacer, los hermanos Coen no decepcionaron. Fue una de esas proyecciones de carácter épico vividas en el Festival: las colas más largas que uno puede imaginar (y hay cuatro diferentes: acreditaciones blancas/jurados/invitados, acreditaciones rosas, acreditaciones azules y, ay, acreditaciones amarillas; y una fila no empieza a entrar hasta que ha acabado la precedente), la gente apiñada bajo los paraguas (la lluvia era torrencial) y los empleados de seguridad sin variar un ápice en su riguroso control a la sala: cacheo, detector de metales, registro de bolsa de mano... La tensión era palpable, el número de invitados absolutamente desproporcionado y las carreras una vez se daba acceso al Palais eran dramáticas, con la gente calada empujándose para poder conseguir un asiento. Colofón: muy pocas de las acreditaciones azules (el 50% de la prensa) pudo entrar y absolutamente ninguna amarilla... ¡en ninguna de las dos proyecciones que había programadas! En días como el de ayer no puedo más que agradecer al festival por la acreditación rosa y a mi mujer por recordarme que cogiera paraguas y chubasquero. Ese es el verdadero kit de supervivencia del Festival de Cannes.
Joel Coen, Oscar Isaac, Carey Mulligan, Justin Timberlake y Ethan Coen en la alfombra roja.
Valió la pena porque Inside Llewyn Davis es una auténtica joya, los Coen en estado puro. Decía el cronista Luis Martínez (El Mundo) que si Oh Brother! reinventaba "La Odisea", Inside Llewyn Davies hacía lo mismo con el "Ulises" de Joyce. Totalmente de acuerdo. La crónica desbocada, alocada, terrorífica y tronchante del cantante folk al que da vida Oscar Isaac renueva nuestra ilusión por el cine de los hermanos Coen. Ese que nos ha dado auténticos tótems cinematográficos como Barton Fink, Fargo, El gran Lebowski o Valor de ley. Aunque si a alguna película se parece Inside Llewyn Davis es a la magnífica Un tipo serio: cambiando el determinista universo judaico de los años 60 por el de los músicos folk surgidos del Greenwich Village en la misma época. Para ello los Coen toman como figura de referencia la catastrófica carrera del cantautor folk Dave Van Ronk y lo someten a su habitual tour-de-force de desgracias encadenadas. Una road movie a pie, en coche y en metro, donde el sufrido protagonista va encontrándose con todo tipo de zumbadas criaturas coenianas -cantantes folk cristianos, agentes del mundo del espectáculo sin escrúpulos, matrimonios judíos horteras- con un gato como único acompañante (el felino sirve tanto como desencadenante de la historia como de leit-motiv de la misma). Con una puesta en escena de lo más exquisito y un seguido de actuaciones del protagonista realmente conmovedoras -a la que siempre se le responde con todo tipo de exabruptos cómicos-, está claro que Inside Llewyn Davis es una de las grandes películas del año. Claro que para verla en cines en España tendremos que esperar, probablemente, al 2014. Y es que la película aún no tiene distribución en nuestro país.
Alfombra roja de Inside Llewyn Davis
Ahora toca ponerse serio. El cineasta Rithy Panh sigue siendo un desconocido para el gran público -en España sólo llegó a estrenar, con años de retraso, su brutal S-21: La máquina roja de matar- pero es uno de los mejores realizadores de documentales del siglo XXI. Y aunque ha abordado varias temáticas en su obra (como la prostitución en Camboya) su discurso más desgarrador surge cuando aborda el devastador genocidio llevado a cabo por les Khemeres Rojos del dictador Pol Pot, que el propio realizador vivió cuando era joven y en la que murieron dos millones de personas. Su última película, presentada en la sección Un certain regard, lleva por título L' image manquante, en referencia a esa imagen inexistente de las torturas y matanzas acaecidas. Para ello el realizador contrapone dos tipos distintos de imágenes al recorrido de sus vivencias personales en los campos de reeducación -auténticos mataderos de hombres, mujeres y niños-: la oficial vertida por el régimen, donde se ve a campesinos felices recogiendo la cosecha, y la cruda y horrible verdad, que el cineasta narra con el uso de unas figuras realizadas en arcilla. La contraposición del pandemonium vivido con el uso de esas piezas de carácter infantil equipara la emoción estética del film a la que, por ejemplo, tenía el cómic "Maus. Relato de un superviviente" de Art Spiegelman (donde usaba imágenes de animales disneyanos para relatar el holocausto nazi). Conmovedora, delicada y desgarradora, L'immage manquante logra, por fin, poner imágenes a una de las ignominias más terribles de la historia moderna, convirtiéndose en un poema visual como pocas veces se ha visto en una gran pantalla. Vaya, que estamos delante de una verdadera obra maestra.
Camille Lellouche, la directora Rebecca Zlotowski, Tahar Rahim, Lea Seydoux y Denis Menochet.
Cerramos con otro título de Un certain regard: Grand Central de Rebecca Zlotowski. La directora de la aplaudida Belle Épine repite con Léa Seydoux -la actriz francesa lleva años siendo un sex symbol del cine de autor; el gran público la conoció haciendo de mata-hari en Misión Imposible: Protocolo fantasma- en una, nunca mejor dicho, tóxica historia de amor e infidelidades entre dos trabajadores de una central nuclear. El entorno perfecto para que la directora afile su tapiz de emociones al límite a la vez que hace un crudo retrato social tanto de los trabajadores de la central -inexpertos, ex presidiarios, problemáticos- como del entorno en el que conviven -en un camping de caravanas, compartiendo cama y comida, muy al estilo de los gitanos de Kusturica-. Lo cierto es que la película no nos cuenta nada nuevo: chico conoce chica comprometida, chico y chica se enamoran, chica se queda embarazada, etc- pero gracias al buen hacer de la realizadora y a su sensibilidad a la hora de retratar las relaciones entre personajes marginales convierten el visionado de su Grand Central en toda una experiencia.
Música de fondo: Dave Van Ronk
Alejandro G.Calvo
+ Todas las crónicas de Cannes 2013 by Alejandro G. Calvo
Día 1: Los fuegos de artificio de 'El gran Gatsby' sirven de chupinazo de salida del festival.
Día 2: Las ladronas pijas de Sofia Coppola dan la nota en 'The Bling Ring'.