Star Wars: Los últimos Jedi lleva más de 1.200 millones de dólares recaudados en la taquilla mundial y, tras adelantar a Iron Man 3, se ha convertido en la decimosegunda película más vista de la historia. En China, sin embargo, le ha ido de todo menos bien. Según recoge Forbes, los exhibidores del segundo mercado cinematográfico a nivel mundial han decidido retirar el ¡92% de las copias! que tenían del Episodio VIII de Rian Johnson por su escasa recaudación: 28,7 millones de dólares en una semana.
Semejantes cifras ponen de manifiesto que a los espectadores chinos no les interesa Star Wars. Por comparar, Coco, que también es de Disney·Pixar, lleva recaudados más de 180 millones de dólares en dos meses. A principios de 2016, Star Wars: El despertar de la Fuerza hizo 124 millones de dólares, más de 50 millones sólo en la primera semana de su estreno. Por su parte, el 'spin-off' Rogue One llegó en enero del año siguiente, y bajó hasta los 69 millones de dólares, 30 millones en su primera semana.
Forbes maneja cuatro motivos o razones por las que el nuevo capítulo de La Guerra de las Galaxias podría haber defraudado al público: que Star Wars nunca ha sido un gran fenómeno allí, las pobremente coreografiadas secuencias de lucha para el paladar chino, su apagada paleta de colores -la audiencia china responde mejor al color, como fue el caso de Avatar de James Cameron- y el hecho de que no sea un 'sci-fi' al uso como Transformers, Interstellar, etc. ¿Pasará lo mismo con Star Wars: Episodio IX?