Mi cuenta
    San Sebastian 2018: 'Gigantes', con José Coronado, entretenida pero pasada de testosterona

    A concurso en Sección Oficial vemos ‘Entre dos aguas’, la ‘Boyhood’ de Isaki Lacuesta, y la cargante ‘Baby’. Fuera de la Sección Oficial disfrutamos con ‘Arde Madrid’ de Paco León y Anna R. Costa.

    A esto le queda nada. Fuera de concurso, Movistar+ ha presentado en el Festival de San Sebastián una de sus nuevas series originales, Gigantes, escrita y dirigida por el ganador del Goya Enrique Urbizu (No habrá paz para los malvados). En ella, de la que hemos podido ver dos episodios, José Coronado interpreta a Abraham Guerrero, un padre de familia, violento y temido por sus hijos, que controla con mano de hierro sus negocios ilegales mientras mantiene a raya a sus aliados y enemigos. Años después, sus vástagos Daniel (Isak Férriz), Tomás (Daniel Grao) y Clemente (Nene) se pelean como perros para sobrevivir y mantener a flote su herencia.

    Singularmente entretenida, la ficción del también director de La caja 507 (2002) y La vida mancha (2003) recuerda de primeras a Peaky Blinders, al menos por las desavenencias fraternales, las distinciones morales y el inminente enfrentamiento que parece exponer entre los cachorros Guerrero. Pero ahí se acaban las similitudes. El clan carece de la elegancia y de la profundidad psicológica de los Tommy, Arthur Shelby y compañía; al menos por estos primeros 107 minutos de visionado en el Teatro Principal. Con mayor o menor finura y astucia en sus actos, y pese a reconocibles guiños bíblicos, literarios y cinematográficos, Urbizu ha moldeado a sus protagonistas con un exceso notable de machismo y testosterona, a veces bastante cargante.

    Con su simple presencia y su lenguaje corporal, Coronado inquieta para bien como paterfamilias, aunque su actuación roza a menudo la extravagancia y la exageración más toscas. Hay algún que otro diálogo brillante, si bien es cierto que la mayoría es descuidado y chabacano. Imágenes de desnudos y alusiones sexuales totalmente innecesarias aparte, queda por ver hacia dónde tirará esta Gigantes. El drama familiar y sus repercusiones de cariz mitológico prometen por de pronto ser más interesantes que el acostumbrado y cien veces visto ‘thriller’ de investigación policial.

    Santiago Gimeno

    ‘Arde Madrid’: Los locos años de Ava Gardner

    ¿Sabías que se dice que Ava Gardner se bajó las bragas y se puso a hacer pis en la barra de un tablao de Madrid? Arde Madrid se trata de una de las apuestas más ambiciosas de Movistar +. Creada por Paco León y Anna R. Costa, la serie nos hace viajar de una forma emblemática y única a la Madrid de 1961 donde Ava Gardner disfrutó de uno de sus años más locos en España. Pero no nos equivoquemos, la aclamada actriz norteamericana, interpretada por Debi Mazar, es meramente un solo hilo conductor de los verdaderos protagonistas que son Manolo (Paco León), Ana Mari (Inma Cuesta) y Pilar (Anna Castillo).

    Movistar+

    En tan solo media hora que dura cada episodio, y en blanco y negro, nos quedamos perfectamente prendados del trabajo que hace Inma Cuesta dando vida a Ana Mari, una mujer arraigada en sus antiguas creencias, muy de pueblo, coja y cabezota. Ella tendrá que infiltrarse bajo órdenes directas de Pilar Primo de Rivera en la casa de Gardner para saber qué posibles reuniones tiene la actriz con los comunistas. Todo ello mientras se entrelazan perfectamente las tramas de los otros dos protagonistas, siendo así aún más llevadera la serie junto a la forma cómica de hablar en español que tiene Mazar con frases míticas como “no estoy muy católica” o de la aparición de míticos personajes ilustres de la cultura española.

    El descubrimiento del sexo, los problemas de antaño en época franquista, la enfermedad mental o el simple hecho de molestar a los vecinos, en este caso al mismísimo General Perón, son solo algunos de los temas que trata Arde Madrid mientras viajamos por la capital de España mediante las fiestas y rumores más locos de Ava Gardner. También hay que mencionar a la asistenta del General Perón, de la que seguro se hablará bastante al estrenarse la serie en Movistar +.

    Custodio Guerrero

    ‘Entre dos aguas’: El ‘Boyhood’ de Isaki Lacuesta

    12 años. Imagina lo que les puede cambiar la vida a dos jóvenes hermanos en todo ese tiempo. O puede que, si la idea ronda en la cabeza de alguien como Isaki Lacuesta, no tengas que hacerlo. El realizador compite en Sección Oficial con su nuevo trabajo Entre dos aguas, la secuela de La leyenda del tiempo (2006) que actualiza cómo les va ahora a Isra (Israel Gómez Romero) y a Cheíto (Francisco José Gómez Romero). Ambos volverán a encontrarse en San Fernando después de que el primero salga de la cárcel y el segundo regrese de una misión con la Armada Española.

    BTeam Pictures

    Como ya hizo con La leyenda del tiempo, Lacuesta consigue difuminar la línea entre realidad y ficción utilizando un estilo documental. La historia no es real, pero cuesta darse cuenta de ello, y el espectador inicia su andadura por la cinta preguntándose si lo que está viendo es algo único que no volverá a repetirse. Ahí es donde reside, principalmente, el encanto de la película. Y dentro de esta suerte de imposibilidad, el realizador va un paso más allá rescatando a los actores que interpretaron a los jóvenes Isra y Cheíto. Algo que recordará, aunque no de una forma tan hercúlea, al Boyhood (Momentos de una vida) (2014) de Richard Linklater. Y que también conectará con aquellos que disfrutaron de su predecesora en su día.

    La obra del realizador catalán es un ejercicio fílmico cautivador, pero Lacuesta peca al añadir momentos innecesarios que provocan monotonía y que no aportan nada. También adolece de redundancia recordando, continuamente e inútilmente, los problemas de su protagonista. De 136 minutos que dura Entre dos aguas, nos sobran la mitad.

    ‘Baby’: Nunca la burocracia fue tan cargante

    En Sección Oficial también vemos Baby del director Liu Jie, quien se hizo con el premio Orizzonti a Mejor película en el Festival de Venecia de 2006 con su primera película Courthouse on Horseback. Con este título, el realizador cuenta la historia de Jiang Meng (Yanjun Wang), una joven que nació con el síndrome VACTERL y fue abandonada por sus padres. 19 años después trabaja como conserje de un hospital al que llega una recién nacida con su misma enfermedad y a la que su padre ha decidido no tratar.

    Baby es una denuncia al sistema burocrático, la marginación de los ‘outsiders’ y el abandono de niños. Las intenciones de Jie son buenas, pero su obra parece más un telefilme de sobremesa que una película para un festival de cine. Su historia puede hacerse más o menos llevadera al inicio, pero se convierte en un fastidio cuando su latosa protagonista se empeña en rescatar a esa niña una y otra vez.

    Por si fuese poco, cuando la joven Jiang Meng ha conseguido su propósito y podemos respirar un poco de oxígeno, al director parecen haberle sabido a poco las desdichas ya mostradas y se abalanza sobre el espectador con nuevas miserias. Poco más se puede añadir de Baby, tan solo que verla es la experiencia más cercana a estar todo un día de papeleo.

    Andrea Zamora

    FBwhatsapp facebook Tweet
    Links relacionados
    Back to Top