Un cuarentón frustrado en pijama con voz de Raúl Arévalo. Esta es la premisa que resume la esencia de Memorias de un hombre en pijama, la adaptación animada de la novela gráfica de Paco Roca. El historietista, también responsable de la ganadora de dos Premios Goya Arrugas, ejerce como coguionista de la historia de amor que sirve como nexo de unión de las tiras cómicas que publicó entre 2010 y 2011 en el diario Las Provincias. Estas mismas viñetas cobran vida en las salas de cine de España desde este viernes 4 de enero.
El largometraje supone un nuevo reto tanto para Arévalo, quien debuta como doblador en el mundo de la animación; como para Carlos Fernández de Vigo, quien ejerce como director por primera vez después de que el dibujante le cediese el testigo al abandonar el mismo cargo. En SensaCine tuvimos la oportunidad de charlar con ambos dentro del margen de la 21ª edición del Festival de Málaga para conocer más detalles del hombre dentro del pijama, de su definición de felicidad y de su participación durante el desarrollo del proyecto, entre otros temas.
Memorias de un hombre en pijama es una película de animación en la que convergen múltiples facetas artísticas, desde la elaboración de una pieza para un periódico hasta la banda sonora del famoso grupo indie Love of lesbian.
Carlos Fernández de Vigo: Es un trabajo muy pasional. Para poder aguantar trabajando ocho horas al día durante tres o cuatro años en un mismo proyecto necesitas tener eso encima de la mesa. Cada día nos encontrábamos con algo que no había hecho nadie todavía, por lo que teníamos esos pequeños retos en los que descubrir qué hacer para poder seguir adelante. Es un poco nuestra gasolina, lo que te mantiene con energía y con el subidón para continuar. En animación muchos de estos elementos te introducen en un terreno en el que no todo el mundo se ha metido, es decir, un palizón. Es como las agujetas al ir al gimnasio, después te dan gustito.
Raúl Arévalo: Si el director es quien maneja toda la información de una película, la parte artística por lo menos, y el actor hace una pequeña parte… A mí aquí me ha tocado la mejor parte. Cuando fui a doblar el personaje ya había mucho trabajo hecho y podía disfrutar diciendo: "¡Cómo mola eso! ¡Qué chulo!". Disfrutar de un trabajo arduo y no fácil, pero divertido. No me quiero ni imaginar lo que son tres años coordinando ciento y pico personas con todos esos pros y contras. Para mí ha sido un camino de rosas participar en esta película. Para él imagino que también, pero con sus detalles.
Muchos espectadores imaginarán que, al tratarse de una adaptación de una tira cómica de Paco Roca, el dibujante estará involucrado en el proyecto.
C.F.D.V: Paco Roca es el autor original, quien ha diseñado los personajes en sus tiras cómicas de El País y del diario Las Provincias. Además, es coguionista con Ángel de la cruz y con Diana López. Él representa los cimientos del proyecto. Hay docenas de personas trabajando en sus dibujos, pero él no está involucrado en la dirección de arte. Si la gente reconoce a Paco Roca en la película es que lo hemos hecho bien, si no reconocen a nadie es que no lo hemos hecho bien.
¿Qué sentiste cuándo Paco Roca dijo que quería a Raúl Arévalo para el papel protagonista?
R.A: Yo no sabía eso, pero no tengo cultura de novela gráfica y, curiosamente, sí había leído las tiras de Paco Roca. Un amigo me regaló el cómic y me encantó, me pareció muy divertido. Al año me dijeron que iban a hacer la adaptación al cine y me preguntaron si yo quería poner la voz; esa casualidad también me encantó. Si tengo tres novelas gráficas en casa, justo una es Memorias de un hombre en pijama.
C.F.D.V: Yo no tenía esa información, pero si el productor [Ángel de la Cruz] lo dijo en la rueda de prensa [del Festival de Málaga] será cierto.
R.A: Ellos querían a un tío guapo, atractivo e interesante y pensaron en mí. ¡Qué le vamos a hacer!
C.F.D.V: Y sobre todo que fuera muy inteligente.
R.A: Paco tiene buen gusto.
Si tuvieseis la oportunidad de desarrollar una novela gráfica sobre vuestra vida, ¿qué contaríais?
C.F.D.V: Uf, ¿te podemos llamar a la redacción dentro de una semana? Yo creo que, a día de hoy, lo que contaría sería el arco emocional desde que empezó la película hasta mañana por la mañana. Sobre todo, porque me gustaría mucho que la gente entendiese la cantidad de esfuerzo que hay detrás de una cinta de animación, al igual que la cantidad de anécdotas a veces divertidas y a veces sorprendentes que suceden durante esos años. El título, sin lugar a dudas, sería Memorias de un hombre en pijama: La película.
R.A: Yo no sé muy bien lo que contaría. Quizás la segunda parte, lo que ocurriría después del final de esta película y lo titularía algo así como: El hombre que quería dejar el pijama o El hombre que dejó el pijama.
En Memorias de un hombre en pijama se tratan dos temas muy personales, la muerte y la felicidad. ¿Qué es para vosotros la búsqueda de la felicidad?
C.F.D.V: Yo me considero un hombre muy afortunado. ¡A mis 35 estoy hecho un chaval! Yo no soy ese tipo de persona que piensa qué quiero. La felicidad para mí no es llegar a un sitio, sino recorrerlo. En este momento, tengo la suerte de poder compartirlo con gente estupenda y así llevo 10 o 15 años de mi vida. Los momentos complicados también se pueden disfrutar. La clave para ser feliz es no asociar la felicidad a algo concreto, sino a asociar tu tiempo a hacer algo y que el tiempo fluya.
R.A: Por eso hay que escuchar a los mayores. Después de este chiste absurdo, estoy de acuerdo con todo eso que acabas de decir, y eso que yo no lo sé hacer bien. Podrías hacer un libro de autoayuda con eso.
C.F.D.V: O una película de autoayuda.
¿Y cuál sería vuestra muerte más absurda?
R.A: Yo es que soy muy supersticioso y no quiero pensar en la muerte.
C.F.D.V: Yo es que soy gallego, no puedo tampoco.
R.A: Yo he pensado en una. La gente esta que sale ahora en las noticias porque se mata haciéndose 'selfies'. Hay más de lo que parece. Como el chino que fue a hacerse un 'selfie', se tropezó y se cayó. Pero yo no soy tan gilipollas, nunca me mataría haciéndome un 'selfie'.
Echa un vistazo a cómo se hizo Memorias de un hombre en pijama a continuación: