Puede que las películas de Dragon Ball Z nos den nostalgia, pero va siendo hora de admitir que buenas, lo que se dice buenas, no eran. Por mucho que tengamos cariño a la primera aparición de Broly o la aparición del hermano mayor de Freezer, Cooler, estaban fuera de todo tipo de continuidad. Pero a Toei le entraban buenos beneficios de sus estrenos (en España en vídeo directamente), así que intentó hacer la jugarreta definitiva: desvelar el estado de Super Saiyan en una peliculilla antes que en la propia serie. Mala idea.
Spoiler en el título
La película en cuestión se tituló, en un alarde de sutileza, Super Saiyajin Son Goku. Y es que Toei tenía la idea de mostrar la transformación como reclamo para vender la película, solo tres meses antes de que ocurriera de forma natural en el anime en la lucha contra Freezer. La película se estrenó el 9 de marzo de 1991, y el episodio de la conversión de Goku lo hizo el 12 de junio del mismo año. Nadie pilotando.
Al final, Akira Toriyama y el equipo pararon los planes de la empresa de narrar el nacimiento del poder más grande de la galaxia en una película contra un enemigo al que no se ha vuelto a ver (un tal Slug). Bueno, no exactamente. La cosa tiene cierto truco: Toriyama le envió el diseño del super saiyajin a Toei unos meses antes, pero finalmente la verdadera transformación debutaria solo diez días después del estreno de la película, dejando un poco en ridículo a la productora.
Toei
Ahora, este estado es conocido como Super Saiyan Falso porque es solo una fase hasta llegar a la que todos conocemos. Después de su debut, ya no hubo necesidad de volver a usarlo y se quedó ahí, perdido en el éter de las curiosidades de Dragon Ball. Por suerte, tuvimos el Super Saiyan definitivo que es, sin lugar a dudas, muchísimo más divertido. ¿Lo veremos de vuelta en Dragon Ball Super? La verdad, no tiene pinta.
