Akira Toriyama creó a Mr. Popo en el episodio 163 de Dragon Ball, allá por 1988, como el servidor de dios que lleva siéndolo desde hace generaciones. De hecho, el autor le dio un poder inédito en la saga: fue él el creador de la apariencia física del dragón Shenron (sí, el que concede los deseos). El personaje debería ser épico y recordado por sus hazañas y su importancia, pero, en su lugar, lo es... porque se trata de un retrato racista terrible propio de los 80 en un Japón donde aún se practicaba blackface. En el resto del mundo, eso sí, tuvo que reducirse a la desesperada.
Po-pos vamos a tener que quitarle
Para colmo de males, en el doblaje japonés representaron a Mister Popo como si tuviera dificultad al formar frases (algo que solucionaron después en Dragon Ball Kai). Ningún otro doblaje lo adaptó así, por motivos obvios. De hecho, en América trataron de adaptarlo como pudieron para evitar controversias. Así, primero en la edición en manga le redujeron el tamaño de los labios hasta borrárselos del todo... Y en la emisión de 4Kids de Kai le pintaron la piel negra de azul, y sus labios rojos pasaron a ser anaranjados.
Y eso que Akira Toriyama, en los diseños iniciales, pudo haber evitado toda esta controversia si hubiera tirado por alguno de sus bocetos. Por ejemplo, convirtiéndolo en una especie de dinosaurio en miniatura, dándole un pico o convirtiéndole en un anciano sabio. En su lugar, tuvimos un sirviente negro con todos los rasgos racistas claramente exagerados. Por lo que sea, no sentó bien en el extranjero.
Curiosamente, alrededor del tiempo en que la polémica se hizo gigantesca en Estados Unidos, otra serie tuvo problemas con otro estereotipo racista: Pokémon y Jynx, cuyo episodio principal en el anime de la serie fue eliminado sin pensárselo mucho. Hay un contexto, por supuesto, pero a veces es mejor cortar por lo sano y evitar comprar tiritas para cuando llegue la herida.