Stranger Things puede llegar a ser una de las series más esperadas y exitosas de Netflix. Después de una sobresaliente primera temporada y una segunda notable, la plataforma de streaming estrena el 4 de julio la esperada tercera entrega de la serie creada por los hermanos Duffer, la misma que ha acabado definitivamente con el factor sorpresa.
He podido ver todos los ocho episodios de los que consta esta nueva temporada y siempre he creído que muchos trailers te desvelan demasiado de la trama principal, ya sea de una película o de una serie. Y este fue el caso de la segunda temporada de Stranger Things y ahora también con el último adelanto que publicó Netflix de esta nueva entrega.
Esta vez, la serie nos sitúa en una ambiente que nunca antes habíamos visto en Hawkins, en pleno verano de 1985. Como ya va siendo tradición, esta entrega viene de la mano de numerosos guiños a esa época. Sin embargo, en cuanto a algunos momentos y escenas que beben del mundo cinematográfico de los 80 son esta vez demasiado obvios, sobre todo con una referencia a Terminator.
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Por otra parte, los jóvenes protagonistas han dejado ya atrás su etapa infantil adentrándose en temas que conciernen más a los preadolescentes, poniendo en un horrible segundo plano a Will (Noah Schnapp). De verdad, que pensa me da. Y la adorable Erica Sinclair (Priah Ferguson) que aportaba los mejores momentos en la segunda temporada, aquí es un claro ejemplo de si algo funcionaba bien pero en pequeñas dosis no significa que lo vaya a hacer igual si le das más protagonismo.
Además, la entrañable relación que veíamos entre Dustin (Gaten Matarazzo) y Steve (Joe Keery) se ve un poco forzado y no tan natural, al igual que el arco argumental de Jim Hopper (David Harbour). Pero a pesar de que Stranger Things peque de lo mismo y sea un tanto predecible, el mejor personaje en esta temporada ha sido Nancy Wheeler (Natalia Dyer), dándole un protagonismo y una historia totalmente acertada en esta temporada.
La tercera entrega de la serie creada por los hermanos Duffer también le ha otorgado más protagonismo al CGI y a los efectos visuales que a la trama en sí (el nuevo villano es un claro ejemplo), quedando así un poco coja y no llegando a poder incluso emocionarnos con momentos que quizás en una primera o segunda temporada sí que lo hubieran hecho.
Lo peor: La repetitiva trama
Lo mejor: Nancy Wheeler
