Es una pena pero, como el tiempo es limitado, cada vez son más los títulos de Netflix que nos miran desde la distancia como gritándonos "¡Deberías verme!". Pero nunca los vemos. De ellos nos llama la atención su título, el tráiler que un día nos enseñó la plataforma -que cada vez nos conoce mejor y sabe lo que nos gusta- o, sencillamente, el reconocerlos como aquel que nos recomendó un amigo y que en su día no supimos identificar. Algún día, por lo que sea, una de esas series, películas o documentales que teníamos en barbecho se convierte en nuestro título de cabecera, pero, para qué engañarnos, es fácil que muchas de ellas se queden atrás en beneficio de las series más esperadas de Netflix o las más populares del momento.
No sé por qué me enrollo reflexionando sobre el cementerio de series olvidadas que todos aglutinamos en "Mi lista" o lo imposible de acertar siempre y no pasar de series destinadas a encantarnos para ver otras que no nos gustaron tanto. En realidad, he venido aquí a hablar de algo muy diferente. De esos títulos que, también por lo que sea, se encuentran sepultados en la plataforma y a los que llegas o bien buscándolos específicamente o por una de esas casualidades de la vida que, cuando se trata de bucear por el catálogo de Netflix, no siempre termina en "comenzar a ver".
En mi caso, que el título de Netflix del que vengo a hablaros, We Are The Champions, no me fuese sugerido por la plataforma me parece un misterio teniendo en cuenta que el género que más "practico" es la serie documental. Sin embargo, he de reconocer que el tema del deporte me queda muy lejos y que, de habérmela sugerido el servicio de 'streaming' -quizá lo hizo, ¿quien sabe?- la hubiera ignorado por completo puesto que, además, tampoco la miniatura que acompaña al título invitaba al visionado, la verdad. ¿Y entonces? Pues, efectivamente, esas maravillosas casualidades de la vida y una primera y breve sinopsis que rápidamente llamó mi atención.
En la campiña inglesa, existe una tradición en la que unos participantes temerarios corren cuesta abajo detrás de un queso que rueda a gran velocidad
¿Un queso que rueda a gran velocidad? ¿Decenas de personas corriendo para atraparlo? 'Play'.
No es que We Are The Champions vaya de gente en una pequeña localidad inglesa que persiga quesos. La curiosa competición es solo la primera de las seis increíbles pruebas que aborda cada uno de los episodios de la docuserie y que, probablemente, desconocías por completo. Incluso a lo mejor desconocías que existían personas que se dedicaban a determinadas cosas profesionalmente, como por ejemplo, entrenar ranas. Sin embargo, aunque suena a broma, el asunto es serio.
Volviendo al tema del queso, el conocido como el Festival del Queso Rodante es una tradición centenaria del distrito de Gloucester en Inglaterra, muy apreciada por sus seguidores más fieles y, como deja claro el documental, hacerse con el premio -en este caso, un queso- es un tema importante para los competidores. Como mínimo para los que tienen intención de ganar la carrera que, dicho sea de paso, no nada es fácil. La colina desde la que corren es empinada y a menudo se rompen huesos y o sufren todo tipo de lesiones de diversa gravedad.
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Así, lo que comienza de forma divertida en plan "Vamos a ver esta gente que corre detrás de un queso", te acaba atrapando por completo mientras acompañas a la potencial ganadora de un récord mientras se prepara para la carrera para la que lleva entrenando todo el año. De igual modo, en el segundo episodio, dedicado a un concurso de comer chiles, rápidamente te das cuenta de lo enormemente importante que es para aquellos participantes, capaces de aguantar dolores inimaginables, hacerse con el premio.
Completan la primera temporada de We Are The Champions una competición de peinados de vanguardia, un concurso de danza canina, un concurso de ranas saltarinas y un campeonato de maestros del yoyó que te dejarán loco con sus virguerías. ¡Ah! Y además está narrada por el actor de The Office Rainn Wilson en su versión original.
Probablemente We Are The Champions es la serie que nunca verías en Netflix, pero sería un error, porque es una de los visionados más entretenidos, apasionantes y educativos que he experimentado en 2020. Supongo que contarlo era un acto de responsabilidad.
Los seis episodios de 30 minutos de la docuserie ya están disponibles al completo en Netflix.
