"Los Goonies" es un entrañable film de aventuras y amistad, dirigido por Richard Donner y producido por Steven Spielberg. Los agentes provocadores de la aventura de los “Goonies”, la autodenominada pandilla conformada por un grupo de preadolescentes de los Muelles de Goon, se encuentran en la inminente compra de una zona urbana cercana a la playa por parte de una agencia inmobiliaria, por una enorme deuda que el comité vecinal del sector mantiene, y el descubrimiento de un antiguo mapa escondido en el viejo desván de la casa de uno de ellos, que se convierte en una inesperada oportunidad para salvar la tarde, pagar las deudas y no tener que romper el grupo de amigos. La aventura es, de buenas a primeras muy tentable, pero al mismo tiempo supondrá peligros adicionales por la aparición de personajes antagónicos que buscan el mismo objetivo: el tesoro. Es una cinta, que hasta con sus fallos resultará siempre añorante. Consigue que no levantes las posaderas ni para emular a Gordi, y que tras el final tengas un incipiente deseo de volver a la época en la que los problemas se reducían a, si la chica o chico que te gustaba aceptaría el regaliz al que llevas pensando media hora si invitarle.
No obstante, y precisamente, en este grupo de mocosos radicará la mayor plusvalía del film, en donde a pesar de estar los mismos estereotipos de personajes de siempre, el público infantil no podrá hacer otra cosa que sentirse identificado, con el asmático y bondadoso líder del grupo, Mickey, el presumido y sabelotodo Bocazas. El cómico y bonachón Gordi. Y el inventivo e inteligente Data. Seguidos por Brand, hermano mayor de Mickey, su novia Andy y la amiga de ésta, Stef. Estereotipos que el director también, usará para explicar la psicología individual de estos chicos, que como detallé arriba, se debatirán entre la sensibilidad puberta, la incontinencia verbal, los traumas, el bullying y la bipolaridad adolescente. Pero en ello, más aún, además de recordarnos el valor de identificar el bien más allá de lo que nos puede asustar en apariencia, lo que finalmente quedará en el tintero del recuerdo, no sin fuertes dosis de nostalgia, es el acierto de proyectar para siempre a la que es quizás una de las últimas generaciones de chicos que no necesitaban de videojuegos, teléfonos móviles, tablets y cuanto dispositivo electrónico existe hoy para tener una tarde digna de recordarse. Y el éxito de la cinta se traducirá no solamente en la correcta selección de jóvenes actores, y el hecho de acomodarlos a esos perfiles, sino en la habilidad de generar un ambiente fraternal entre ellos, que le juegará muy a favor al grupo de jóvenes actores para transmitir de mejor forma los valores que Spielberg y el propio Donner pregonan con este tipo de films. A decir, amistad, lealtad y trabajo en equipo.
Los efectos especiales son una delicia, bien vale destacar las escenas subterráneas con el macabro órgano de huesos, los toboganes y el barco pirata. A propósito del barco de Willy el Tuerto, éste fue construido a escala real, y para que los chicos se sorprendieran con la nave, Donner les ocultaría el barco hasta que fue terminado, así que sus rostros de sorpresa en la película fueron efectivamente genuinos. Respecto a las locaciones, la mayor parte de la filmación se realizó en Astoria, Oregon, para los ficticios Muelles de Goon, la antigua cárcel del condado de Clatsop sirvió para la escena en que Jake Fratelli escapa y se reúne con su familia. El museo donde trabaja el padre de Mickey es, en realidad, el Captain George Flavel House Museo, mientras que la casa de los Walsh existe en el extremo este de la ciudad. Otros lugares que se utilizaron fueron el Parque Estatal Ecola y Haystack Rock. Pero sigamos con la ficha técnica, Al eficiente director Richard Donner se le suman ni más ni menos que, Chris Columbus como guionista y Steven Spielberg como creador de la historia, casi nada. Tenemos pues a dos auténticos monstruos del séptimo arte doctorados en la difícil tarea de entender al gran público. No hay más que ver alguno de sus títulos más destacados para darse cuenta que las décadas pasan, pero ellos siguen conectando con el espectador. Así pues tenemos a un dream team en toda regla. Y como es de esperar, el equipo funciona a la perfección.
Las actuaciones son inmejorables, otro de los grandes aciertos, con un reparto encabezado por Sean Astin, quién encarna a Mickey Walsh. Josh Brolin como Brand Walsh, el hermano mayor de Mickey. Jeff Cohen interpretó a “Gordi” Cohen. Corey Feldman personificó a “Bocazas” Devereaux. Jonathan Ke Quan interpretó a Data. Kerri Green encarnó a Andy Carmichael, novia de Brand Walsh. Y Martha Plimpton a Stef, la amiga de Andy. En el reparto adulto, por otra parte, encontramos a la emblemática Anne Ramsey, quién interpreta a Mamá Fratelli. Robert Davi encarnó a Jake Fratelli. Joe Pantoliano a Francis Fratelli. Y el mediático jugador de fútbol americano y actor John Matuszak encarnó a Sloth Fratelli. Mary Ellen Trainor, Keith Walker y Lupe Ontiveros interpretaron a Irene e Irving Walsh, padres de Mickey y Brand, y Rosalita, la empleada doméstica italiana.
En definitiva, un clásico familiar entrañable, que a pesar del típico guión fantástico, con villanos tontos e ineficaces y acción inverosímil, cumple con creces a la hora de entretener y mantener interesado al espectador gracias a una eficiente dirección y un ritmo creciente. A destacar, la película ganó un Saturn a la mejor actriz de reparto (Ramsey) y una nominación al mejor actor juvenil (Jeff Cohen). También se quedó con el Young Artist Award al mejor actor (Astin) y recibió tres nominaciones más en la misma categoría (Plimpton, Cohen, Feldman), además de mejor película familiar. Estuvo nominada a los International Film Music Critics Awards en la categoría de mejor banda sonora. Finalmente, en 2017, fue incluida en el National Film Registry por el Congreso de Estados Unidos.