Crítica de SensaCine.com para Tiempo: que Shyamalan es uno de los grandes cineastas de nuestra era

M. Night Shyamalan, nacido en 1970 en India, con 29 años, logró un hit que pocos directores lograron tener a lo largo de su vida. Un hit increíble del tamaño de El sexto sentido. Una película que, para bien o para mal, marcaría el resto de su carrera. Creo que Shyamalan es uno de los grandes cineastas de nuestra era.

En lo que vendría ser un cineasta a lo De Palma o lo de Hitchcock, donde éste no buscaba sorprender, si no inquietar. Planteaba una situación en el que el espectador conoce cuál es el problema que está ocurriendo. ¿Cuál es el problema en Tiempo? Un grupo de gente que llega a una playa de la que no pueden salir. Hay algo trascendental que les impide salir de esa playa.

Y en esa playa el tiempo va más deprisa que en el resto del mundo real, haciéndoles envejecer prematuramente. Como espectador ya sabes lo que está ocurriendo. Ahora tienes que ver tú cómo se va a desarrollar toda esa secuencia, sufriendo tú el suspense, la tensión de las imágenes que estás viendo. Y en la composición de esas imágenes es donde existe la grandeza del cine de M. Night Shyamalan.

Y volviendo a Hitchcock, tu sabes lo que está ocurriendo en Tiempo, pero lo que no sabes qué va a pasar con ellos, cómo se van a enfrentar a ese dilema. Y tú mismo estás viviendo el terror de lo que le está ocurriendo, sin poder, obviamente, hacer nada ante ello. Todo esto siempre sometido a la sorpresa de lo que qué va a pasar.

Hay referencias externas de otras películas metidas en Tiempo con una inteligencia que forman parte de la misma, es decir, se adentran las referencias externas de tal forma que enriquece el propio discurso de Shyamalan, el propio estilo de Shyamalan. Entre ellas Picnic en Hanging Rock de Peter Weir de 1975, Largo de fin de semana de Colin Eggleston de 1978, Walkabout de Nicolas Roeg de 1971 y El Ángel Exterminador de Luis Buñuel de 1962.

M. Night Shyamalan nos da una lección de cómo poner en escena el miedo, el suspense. Tiempo no es una película perfecta, es muchísimo mejor. Es imperfecta. Y yo soy ultrafan de las películas imperfectas y está rodada increíblemente. Es una cuestión de sensualidad visual. Simplemente de cómo te entra las imágenes.

La parte metafórica poética más importante de Tiempo es cómo trata a los personajes. En cómo los pequeños errores de la vida o los problemas a los que nos enfrentamos mientras vivimos, al final cuando pasa todo el tiempo, cuando te vas haciéndote mayor y vas tomando distancia de los mismos, vas realmente valorando lo que es realmente importante o no.