Elena (Greta Grineviciute) es una bailarina de danza contemporánea. Un día conoce a Dovydas (Kestutis Cicenas), un intérprete del lenguaje de signos que se le es asignado para su clase, dirigida a jóvenes sordos. Ambos conectan de manera inmediata, cinética y sin fricciones. Su vínculo pasa de platónico a romántico conforme van aproximándose entre ellos, a pesar de las dificultades que imponen sus vidas cotidianas separadas. A medida que se entrelazan más estrechamente, luchan por negociar el sacrificio y el compromiso que supone su nueva intimidad, y se ven obligados a descubrir los límites de su generosidad hacia el otro.