Crítica de SensaCine.com para Santa Claus 2: Navidades rancias

Segunda entrega de las tres que Disney dedicó al personaje de un divorciado que se ve en la tesitura de trabajar como Papá Noel, en 'Santa Clause 2' la película navideña se mezcla con la comedia romántica. Una segunda cláusula obliga a Santa a casarse si quiere permanecer en su puesto, por lo que Scott se decide a buscar una esposa al tiempo que visita a su hijo, que ha aparecido en la lista de niños malos a causa de sus travesuras en la escuela.

La película desarrolla así dos relatos paralelos. La historia en el mundo de Santa Claus, donde estalla un conflicto cuando una réplica del protagonista se rebela contra los elfos, parece destinada al público más joven, mientras que el romance entre Scott y la rígida profesora de su hijo pretendería atrapar a unos espectadores más adultos. Las dos narraciones están unificadas por una misma concepción rancia del espíritu navideño que se concreta en un mundo de fantasía estéticamente apolillado y viejuno, típico de esas películas Disney con personajes de carne y hueso que ya nacen viejas.

A favor: El golpe de estado del Santa malvado y los soldaditos de plomo en esa fábrica de explotación infantil digna de una pesadilla modernista que es el reino de Papá Noel.

En contra: De todo lo que da grima en el film se lleva la palma el jefe de los elfos que interpreta un joven David Krumholtz, el hermano matemático de la serie 'Numb3rs'.