"V de Vendetta" es una adaptación del cómic de Alan Moore, dirigida por James McTeigue. En un futuro distópico, gran parte del mundo se encuentra en el caos. En el Reino Unido, se ha impuesto una dictadura fascista dirigida por el político Adam Sutler, quien gobierna con mano dura y no da espacios para grupos rebeldes. El 5 de noviembre del año 1605 Guy Fawkes, intentó volar el Parlamento británico pero no lo consiguió y fué ahorcado, y desde entonces ese día se conoce como "El Día de Guy Fawkes" o "The Bonfire Night", siglos después de este incidente y para revivir esta historia aparece otro revolucionario, en medio de las sombras, surgirá un hombre enmascarado que desafiará al gobierno y abrirá los ojos a la sociedad sobre la verdad oculta en el poder. Ese es "V" que para recordar la historia de Guy Fawkes lleva dicha máscara con su cara y está dispuesto a continuar con su causa puesto que él también ha sido víctima de la opresión, el conciencia al mundo de que una revolución es posible si todos estamos unidos.
A parte de su evidente naturaleza política, el guión también propone un thriller interesante, cuyos principales ejes narrativos son el despertar de la conciencia social del pueblo y el componente “científico” que relaciona a V con la tiranía, que obviamente va más allá del evidente antagonismo. El primero se relaciona con la transformación de la conciencia del personaje de Evey Hammond, a manos del propio V sin que ésta lo supiera. Y el segundo, la conciencia de V de que el virus que sustenta el poder de Sutler está en su propia sangre, y, por lo tanto, él viene siendo el principio y el fin de ese poder. Sin embargo, hay algunas escenas que no convencen del todo, como la simpleza de V para burlar la seguridad de ciertas instancias públicas e incluso darse maña de dar un mensaje a la nación. El hecho de que siendo ferozmente perseguida, Evey llegue con bastante facilidad a la guarida de V, o la escena en la que V se enfrenta a los secuaces de Sutler, que a todo esto, no esconden su interés de sucederlo.
La cinta es una gran propuesta porque se apoya en valores universales, amor, justicia, esperanza, quizás sin muchas pretensiones teórico-dialécticas, pero tratando de exaltar a cada instante con los recursos ideológicos que se tenían a mano su importancia en la sociedad para evitar la decadencia. Tal como se insinúa la declinación del imperio USA, tras la tercera guerra mundial, terrorismo, drogas, enfermedad, cuentas pendientes con el mundo que tienen un plazo para saldarse en el tiempo, un país relativamente joven incapaz de saber cómo se debe sostener la supremacía mundial, confluyó en la ruina y se presupone que una potencia europea con una cultura e historia milenaria, en este caso UK, es ahora el imperio de turno, pero con los mismos vicios corruptos que tienen todos los imperios de turno. He aquí pues que se propone la tesis que la injusticia no puede quedarse nunca sin una reacción factible, y que nunca ha sido necesario organizar grandes ejércitos para combatirla.
Las actuaciones son magníficas, resulta acertado, encabezándolo Natalie Portman cuya química queda de manifiesto de buenas a primeras. Logrando una buena performance como el instrumento de cambio de conciencia que V escoge para proyectar su lucha más allá de su existencia, llendo de la fragilidad a la fortaleza mental. Weaving por su parte, logra expresar una serie de sensaciones a pesar de estar todo el metraje con la cara cubierta por una máscara, lo que da cuenta de su expresión corporal. Cuenta con buenos secundarios, comenzando por John Hurt que toma el rol de Adam Sutler, líder y fundador del partido fascista Fuego Nórdico, cuya dureza y autoritarismo traspasan las cadenas televisivas y las escenas en las que desplega sus ideologías. Stephen Rea es el inspector Eric Finch, quien vive un verdadero viaje a la revelación, ya que la búsqueda de V a la que se ha encomendado, cambiará su forma de ver las cosas. Finalmente, destacar a Stephen Fry, presentar homosexual que decide oponerse públicamente a Sutler y parodiarlo.
En definitiva, un film rodado sin complejos, de forma personal y clara, que gustará y enganchará a la mayoría de los espectadores, ya que encontrarán por encima de todo en su interior, un gran mensaje difícil de olvidar. Los decorados, montajes, caracterizaciones y vestuarios están estéticamente trabajados, y los efectos visuales y de sonidos, forman el plato fuerte siendo sorprendentes y espectaculares. Aunque la película no dejó indiferente a nadie y se convirtió en símbolo del movimiento Anonymous, no recibió el reconocimiento de las grandes Academias. El fuerte e irreverente mensaje de “V de Vendetta” resuena y da miedo en determinados sitios, mientras que en otros círculos ha servido para dar fuerza a colectivos en la lucha por, lo que a su parecer es, la libertad.