Nueva camada, más divertida
por Nestor HidalgoLa idea de Joe Dante para la secuela de su exitosa 'Gremlins' (que no consintió realizar hasta que Warner Bros. no se plegó por completo a sus deseos, convirtiéndose en una de las películas más personales de toda su carrera) recuerda a la estrategia utilizada por Sam Raimi en el paso desde 'Posesión infernal' hasta 'Terroríficamente muertos': hacer una suerte de continuación-remake con medios técnicos hinchados y predisposición absoluta hacia el humor y la autoparodia. El resultado es magnífico, con los gremlins tomando el control de un edificio de Nueva York a la última en tecnología y naciendo en nuevas formas híbridas para disfrute de la audiencia y los creadores de efectos especiales.
La diversión, la desvergüenza, las citas cinéfilas constantes, la burla absoluta hacia el propio modelo de negocio hollywoodiense de las secuelas y unos magníficos efectos especiales hacen de 'Gremlins 2' una experiencia fascinante e inagotable. Es la propia película la que va volviéndose cada vez más loca a medida que avanza, como si también estuviera infectada por las propias criaturas (hecho que hasta se explicita con la famosa ruptura metalingüística de los gremlins estropeando el celuloide). Dante siempre fue un entusiasta de la animación y del traslado de la estética cartoon a las películas de carne y hueso, sensación que aquí consigue desde el momento en que la invasión gremlin empieza a propagarse. El final musical es la guinda apoteósica que le hacía falta a tal espectáculo.
A favor: La animación de los Looney Tunes (obra de Chuck Jones) que abre la película.
En contra: Que el talento de Joe Dante esté tan infravalorado.