"El Resplandor" es un legendario e icónico film de terror psicológico, dirigido por Stanley Kubrick y protagonizado por Jack Nicholson. Jack Torrance, su mujer y su hijo se trasladan a un solitario hotel en Colorado, para encargarse de su mantenimiento durante los duros meses de invierno. Su intención es escribir una novela en los ratos libres, pero pronto empieza a ser víctima de una serie de trastornos de personalidad que le convierten en un ser violento y extremadamente peligroso. Los orígenes se remontan a mediados de 1977 cuando el ejecutivo de Warner Brothers, John Calley, envió a Stanley Kubrick las pruebas de imprenta del film del exitoso escritor Stephen King, que sería publicada semanas después. Los que conocían al peculiar director sabían que si hizo que su productor ejecutivo y cuñado Jan Harlan comprara los derechos de la novela de King, no fue precisamente para hacer una adaptación fiel o estándar dirigida a un público promedio. De hecho, el rechazo de Kubrick al primer guión que el propio escritor desarrolló y la elaboración de su propia versión junto a la escritora Diane Johnson serían un claro indicio de ello, más cuando Johnson realizara despreciativas declaraciones hacia dicha novela años más tarde tratándola de eficaz, pero pretenciosa y mala, y Kubrick declarara también que el trabajo de King merecía una adaptación mucho más imaginativa de lo habitual en el género de terror.
Ciertamente, el guión final del film se aleja bastante de la novela de King en cuanto al estilo de narración, el tono, el tratamiento de los personajes y sus características psicológicas y, principalmente, el trasfondo narrativo. De esta forma, los cambios más polémicos que introdujo Kubrick se relacionan con los personajes protagónicos de Danny, Wendy y Jack. En la novela de King, Danny tiene 5 años y no 7, aparte de tener grandes poderes mentales como clarividencia, telepatía y mentalismo, que Kubrick apenas explora en la cinta. Además, el director transformará el personaje de Wendy, que en el libro de King corresponde a una hermosa mujer joven, fuerte e independiente profesional y emocionalmente, en una mujer asustadiza, sumisa y emocionalmente débil, principalmente porque atentaba contra la coherencia de la relación de pareja a lo largo del relato. El personaje más complejo de la cinta es, por supuesto, Jack Torrance, un tipo débil, de pasado tormentoso que, no obstante, ama a su familia y desea lo mejor para ella. El Overlook requiere apropiarse de Danny y de su enorme poder, por lo que poseerá al padre para que le entregue a su hijo. Sin embargo, en los últimos momentos de su vida, aún bajo la influencia demoniaca, Jack tiene un momento de lucidez y alertar a su hijo para que huya.
Si bien Kubrick, en la película nunca destaca este conflicto sobrenatural en que el padre se ve obligado a entregar a su hijo a la abominación que constituye Overlook, ni mucho menos que llegue a sacrificarse por él, exponiendo en su lugar un viaje a la locura acrecentado por la soledad, la frustración y la desesperación. Con todo, las principales claves se encuentran en prácticamente todos los apartados técnicos. El trabajo del fotógrafo John Alcott, resultó determinante para construir una atmósfera opresiva, terrorífica y malsana a través de la utilización de colores vivos y fuertes en contraposición con un laberíntico y espacioso hotel que parece engullir a los personajes y, con ello, a los espectadores en cada una de las secuencias. La fotografía principal tardó más de un año en completarse, pero el resultado final fue notable para varias de las icónicas escenas del film, como la inundación de sangre en el elevador, el encuentro de Danny con las gemelas y la alucinación de éstas asesinadas a hachazos, la pesadilla de la bella mujer que se convierte en el cadáver de una vieja mujer, la violenta destrucción de la puerta del baño a hachazos por Jack y el tenso epílogo en el jardín de laberintos, postales visuales que quedarían en la retina y en el recuerdo del público.
Las actuaciones son antológicas, Jack Nicholson está sublime, como hace que te metas de lleno en su personaje, en su mente, imaginación y embrujo que sufre. Interpretación que no puedes imaginar hasta que punto de trastorno mental llega a mostrarnos con esos gestos y esas caras tan polifacéticas, una de las mejores actuaciones en su carrera. Shelley Duvall, por su parte, no se llevaba para nada bien con Kubrick, discutiendo frecuentemente con él sobre las líneas del guión, sus técnicas de actuación. La secuencia de la escalera cuando Wendy carga un bate de béisbol, fue filmada más de 120 veces por requerimiento de Kubrick, quien llevó a la actriz al extremo del agotamiento físico y emocional para lograr una actuación más genuina. Con Danny Lloyd, que interpretó al pequeño Danny, Kubrick fue bastante más simpático y se preocupó siempre por su bienestar en todo momento. Se preocupó porque el joven actor creyera que la película era un drama y no una película de terror. Completaron el reparto Scatman Crothers como Dick Hallorann, el cocinero negro que tiene conexión psíquica con Danny. Barry Nelson encarnó a Stuart Ullman, director del Overlook que en el libro tiene una mayor importancia, de hecho, se insinúa de que está al tanto y es cómplice de la abominación que yace en el lugar. Las gemelas británicas Lisa y Louise Burns interpretaron a las hermanas Grady cuyos fantasmas atormentan a Danny.
En definitiva, es un deleite para los grandes aficionados al séptimo arte, los detallistas que anhelan el plano perfecto, los perfeccionistas que suspiran por ese encuadre exquisito. Kubrick y su arte se dejan notar mucho, su obscenidad por la perfección, su implacable simetría y mediante la selección cuidadosa de los ángulos e innovación en técnicas de cámaras atrayendo al público hacia el miedo, una utilización pasmosa del color, el laberinto, todo ellos realzado por una memorable música, hacen de esta obra una joya dentro de su exquisita filmografía.