La jueza Candela Montes, ya adaptada a la isla, sigue queriendo resolver el caso de narcotráfico en el que está implicado Díaz. Esto provoca que el empresario reciba amenazas de sus antiguos socios, incluso contratan un sicario para acabar con él. A la vez, Candela debe seguir con los casos del día a día del juzgado.
Uno de ellos le va afectar más de lo que ella misma se imagina: dos padres luchan hasta el final por la custodia de sus dos hijas, sin pensar en el daño que las causan. Este caso divide a la isla entre los que se posicionan con la madre y los que están a favor del padre. Un conflicto que llevará a un desagradable suceso con muchos interrogantes.