Con la ayuda de su equipo, el inspector Sancho continúa luchando para atrapar a Augusto, el sociópata de gustos refinados que comete crímenes en serie, con banda sonora y firmando los cuerpos de sus víctimas con poemas. Con nuevas y reveladoras pistas, la investigación sigue su curso y se intensifica el duelo entre Augusto y el inspector Sancho, que intentará detener al asesino después de que huyera con Erika de Valladolid. La obsesión por detenerle llevará a Sancho al límite, mientras Augusto sigue con su obra poética y mortal.