El guionista y director Peter Weir es uno de los directores actuales más conocidos de la escena internacional. Saltó a la fama en 1981 con "Gallipoli", además de hacerse con un premio del Australian Film Institute (Instituto del Cine Australiano) al Mejor director. Protagonizada por el entonces recién llegado Mel Gibson, como uno de los dos amigos que van a luchar a la 1ª Guerra Mundial, recibió una excelente acogida de la crítica internacional y sirvió para dar a conocer a Weir fuera de Australia. Su reputación seguiría aumentando poco después con el estreno de "El año que vivimos peligrosamente", protagonizada nuevamente por Gibson, además de Sigourney Weaver. Se trataba de un romance sobre el trasfondo de la caída del régimen de Sukarno en Indonesia en 1965, entró en competición en el Festival de Cine de Cannes y acabaría convirtiéndose en el primer éxito comercial internacional de Weir.
Weir realizó su primera incursión en la industria cinematográfica norteamericana con "Único testigo", protagonizada por Harrison Ford, que recogía el choque cultural que experimentaba un policía herido de Filadelfia cuando se veía obligado a recuperarse de sus heridas en una comunidad amish de Pensilvania. La película se convirtió en un éxito en todo el mundo, y permitiría a Weir y Ford recibir sus primeras candidaturas a los Oscar®.
Tras "La costa de los mosquitos", protagonizada otra vez por Harrison Ford, junto a River Phoenix, Weir lograría otra gran éxito de taquilla con "El club de los poetas muertos", que le valdría su segunda candidatura al Oscar® como Mejor director, además de otra candidatura al Oscar® como Mejor película y un premio César del cine francés a la Mejor película extranjera. Weir dirigiría posteriormente su propio guión en la producción independiente "Matrimonio de conveniencia", una comedia romántica protagonizada por Gérard Depardieu y Andie MacDowell, que recibió el Globo de Oro a la Mejor comedia, así como una candidatura al Oscar® al Mejor guión original.
Tras dirigir "Sin miedo a la vida", protagonizada por Jeff Bridges, Weir se encargaría de realizar el gran éxito de taquilla "El show de Truman (Una vida en directo)". Protagonizada por Jim Carrey, en el papel de un hombre atrapado en un reality show sobre su propia vida tal como ha sido artificialmente concebida por una gran cadena de televisión, la película ofrecía una visión surrealista y con mucho humor negro sobre la obsesión de la sociedad actual con la fama y los medios de comunicación. Cosechó un gran éxito en todo el mundo, tanto de crítica como de público, y le valdría a Weir su tercera candidatura al Oscar® como Mejor director, además de otros muchos reconocimientos.
Weir tardaría cinco años en dirigir una nueva película tras "El show de Truman (Una vida en directo)", que llegaría en 2003 con la épica aventura naval de la era napoleónica, "Master and Commander: Al otro lado del mundo", con la que logró excelentes críticas y la impresionante cifra de 10 candidaturas a los Oscar®, entre las que se incluían la de Mejor película y, nuevamente, Mejor director para Weir.