Con cinco años ya aparecía en películas publicitarias, sin embargo, su debut como actriz teatral lo hizo cuando tenía catorce años, en una obra de su madre, la escritora Lela Rogers. Un año después empezó a participar asiduamente en espectáculos de vodevil, tras haber ganado un concurso de charleston. Apareció en pareja con Jack Pepper, su primer marido, y más tarde en solitario con la orquesta de Eddie Lowry en Chicago y la de Paul Ash en Nueva York. Recorrió en plena adolescencia los circuitos clásicos del musical.

Participa en 1929 en Broadway en el musical "Top Speed" y después en 1930-31 en "Girl Crazy". En estos años destacó en el género musical lo que le valió su entrada al mundo del cine.

Sería Walter Wanger, el productor de la Paramount el primero que le haría una oferta, así que rodó sus primeras películas para esta empresa. De este modo podemos decir que en 1931 ya estaba totalmente integrada en Hollywood; poco después sería contratada por la RKO.

A partir de 1933 comienza su fructífera colaboración con Fred Astaire; ambos formaron una de las más famosas parejas de cine de los años 30 y sería precisamente en las nueve películas en las que trabajó con el bailarín las que la harán brillar. Aunque no hemos de omitir el propio talento como actriz de Ginger Rogers al que hay que añadir sus grandes dotes de bailarina y de cantante. El dúo Astaire-Rogers hizo filmes tan destacados como "Vuelo a Río", "La alegre divorciada",... pero sin duda alguna su mejor título fue "Sombrero de copa".

En una segunda etapa de su carrera cinematográfica, ya olvidados los éxitos musicales, se dedicó a protagonizar papeles con un registro más dramático y aunque los resultados no fueron del todo convincentes, consiguió un Oscar como mejor actriz por "Espejismo de amor" (1940) de Sam Wood.

Durante los años cincuenta abandonará el cine para regresar a los escenarios donde consiguió grandes éxitos en 1965 con "Hello Dolly" y en 1969 con "Mame".

Su vida sentimental fue muy ajetreada, se casó seis veces y entre sus matrimonios recordamos los de Law Ayres, Jacques Bergerac y Geroges Marshall. Hasta el final de su carrera en los años 80 compaginó las tablas con giras y populares programas televisivos.

Murió en 1995 de un coma diabético.