Chema de la Peña, economista y autodidacta, toma su primer contacto con el cine en el Círculo de Bellas Artes, donde, a principios de los años noventa, realiza varios talleres de dirección con Berlanga, Gutiérrez Aragón y Trueba. En septiembre de 1993 crea su propia productora, Artimaña Producciones, y rueda sus primeros cortometrajes. En 1999 dirige su primer largo, Shacky Carmine, sobre los devaneos con el éxito y las drogas de un grupo de rock formado por cuatro amigos, producido por Fernando Colomo.