Es uno de los hombres más respetados de la industria. En 1992 ganó el Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance y sacó de quicio a la América más conservadora con la película Veneno. Sus dos siguientes películas, Safe y Velvet Goldmine, le consagraron internacionalmente. En 2002 dirigió Lejos del cielo, nominada a cuatro Oscar y por la que la Crítica de Nueva York le otorgó el Premio al Mejor Director.