Nació en el seno de una familia de origen irlandés. Se educó en un colegio de jesuitas aunque su carácter rebelde le supuso la expulsión de al menos quince colegios. Pasó por el ejército para acudir a la I Guerra Mundial y a su vuelta recaudó sus estudios y sería en una función de fin de curso cuando revelaría sus admirables dotes interpretativas. De este modo se matriculó en la Dramatic Arts Academy de Nueva York en 1922 y comienza una fructífera carrera cinematográfica en esta misma década.
Será también en 1922 cuando obtiene su primer papel en Broadway pero no será hasta 1930 cuando se estrene en el celuloide gracias a un contrato ofrecido por el mítico director John Ford. Con su trabajo en "Capitanes intrépidos" (1937) alcanza su primer gran éxito y consigue además un Oscar a mejor actor.
A medida que pasaban los años sus papeles se iban ciñiendo a unas determinadas estructuras: hombre pateranal, equilibrado, recto y bondadoso. Este rol fue explotado sobre todo por la Metro Golding Meyer y la mayoría de las películas en las que trabajaba Spencer Tracy eran comedias.
En 1942 comienza su relación sentimental con Katharine Hepburn, actriz con la que formaba uno de los dúos profesionales más rentables y adorables de la pequeña pantalla. Su relación con ella duró toda su vida aunque el actor no se divorció nunca de su esposa (con la que se había casado en 1923) a causa de sus firmes creencias religiosas.
Obtuvo otra estatuilla en 1938 con "Forja de hombres" aunque durante su carrera profesional fue nominado en otras siete ocasiones más.