Criada por una madre enfermera, Victoria Abril practica danza clásica en su adolescencia y consigue su primer papel cinematográfico en ‘Fascinación’ (1975). A los 16 años encarna a la Reina Isabel en ‘La gran aventura de Robin y Marian’ (1979), junto a Sean Connery y Audrey Hepburn. Un año después se pone por primera vez a las órdenes de Vicente Aranda en ‘Cambio de sexo’. Bajo la dirección del realizador ganará el galardón a la mejor interpretación en el Festival de Cine de Venecia en 1991 por ‘Amantes’.
Trabaja junto a David Carradine en ‘Río abajo’ (1984), y se pone a las órdenes de Nagisa Oshima en ‘Max, mi amor’ (1986). Sin embargo los mejores papeles los consigue en su país natal, España, sobre todo de la mano de Pedro Almodóvar. En 1990, se convierte en la protagonista de ‘¡Átame!’, junto a Antonio Banderas. Un año después se convierte en la hija de Marisa Paredes en ‘Tacones lejanos’.
Apreciada por su atractivo, energía y sex-appeal protagoniza ‘101 Reikiavik’ (2000) y ‘Cause toujours !’, de Jeanne Labrune. Victoria Abril encarna sus papeles más oscuros en España en cintas como ‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’ -por la que gana el Goya a la mejor actriz en 1996-, ‘Entre las piernas’ y ‘El séptimo día’, de Carlos Saura. En 2008, protagoniza el drama ‘Sólo quiero caminar’, de Agustín Díaz Yanes, junto a Pilar López de Ayala, Diego Luna y Ariadna Gil.