Desde muy joven, Sam Raimi tiene una fuerte pasión por el cine, y comenzó a hacer películas en 8 mm, con la ayuda de sus amigos. Durante sus estudios, conoció a Bruce Campbell, quien se convertirá en su actor favorito. Su primera película fue 'Posesión infernal (The Evil Dead)' que costó 350.000 dólares, y rápidamente se convirtió en un filme de culto.
Después vendría dos comedias con un humor muy negro: 'Crimewave (ola de crímenes, ola de risas)' y 'Terroríficamente muertos'. Entonces se encargó de rodar para Universal la cinta del antihéroe 'Darkman'. Después de cerrar la trilogía Evil Dead con 'El ejercito de las tinieblas', el director se enfrascaría en el western 'Rápida y mortal'.
Tras el rotundo fracaso de 'Entre el amor y el juego' y la foja acogida de 'Premonición (The gift)', el director se pondría manos a la obra con su proyecto más ambicioso, la adaptación del cómic 'Spider-Man' y sus dos secuelas. El director también fundó su productora centrada en proyectos de terror: DarkHouse. Su última película ha sido la terrorífica 'Arrástrame al infierno', en la que volvía a sus orígenes.