Estuvo trabajando en un banco y tras combatir en la primera Guerra Mundial inició una interesante carrera teatral en Londres. Sería esta primera experiencia artística la que le permitió marcharse a Hollywood donde triunfaría.
Apareció en pantalla en 1917 pero rueda poco y realmente debutó (aprovechando una gira teatral americana) en "Outward Bond" en 1930. Tras esta toma de contacto con la industria cinematográfica y a pesar de que pocos cineastas americanos supieron hacer honor a su personalidad, conseguiría grandes éxitos con papeles tan memorables como el caballero sureño Ashley Wilkes de "Lo que el viento se llevó" (1939, Victor Fleming), el aristócrata Sir Percy Blakeney de "La Pimpinela Escarlata" (1935) o el profesor Higgins de "Pigmalion". Fue este último papel, sin duda alguna, su mejor creación en un largometraje que el mismo correalizó. Est interpretación le valdría una nominación al Oscar como mejor actor, aunque era ya la segunda que obtenía, la primera la obtuvo con "La plaza Berkeley en 1933.
A pesar de sus triunfos en América volvía periódicamente a Inglaterra donde directores menos prestigiosos hicieron honor a su humor malicioso y a sus grandes dotes de caracterización cómica, (como ejemplo hallamos la conocidísima gran producción "La Pimpinela Escarlata").
En líneas generales los papeles cómicos le iban mejor que los dramáticos. Durante la Segunda Guerra Mundial prestó su voz a la propaganda antinazi en la radio, y en 1943 se embarcó para una serie de conferencias a favor de los aliados. Su incipiente labor como director se vio truncada en ese mismo año, en pleno conflicto bélico, tras ser derribado su avión por los alemanes, un acto que tenía que ver, según se ha comentado, con su trabajo para el servicio secreto británico.
Es padre del director de "Splash" y "Cocoon", Ron Howard.