Tras haber sido condenado por un crimen accidental, Constant se escapa de prisión aprovechando la oscuridad de la noche. A la mañana siguiente, Sylvia le reconoce pero, en vez de delatarle, le hace una extraña propuesta: no lo denunciará a la policía, si él mata a su madre adoptiva, Jeanne, para así poder heredar una fortuna familiar.