Tras fallecer sus padres en un accidente de coche, Okko, una niña de diez años, se muda a vivir al campo con su abuela que rige una posada tradicional japonesa de aguas termales. Mientras se pone a prueba para ser la próxima dueña de la posada, Okko crece con la ayuda del fantasma Uri-bō y otros amigos misteriosos.