Lleva treinta años trabajando en la gran y pequeña pantalla. Su gran oportunidad le llegó en 1968 en un bar de Tijuana cuando se metió en medio de una pelea entre unos mexicanos y un estadounidense. Dio la casualidad de que este último era Sam Peckinpah. Se cayeron bien y el director le pidió que buscara localizaciones para su siguiente película, Grupo salvaje. Luego le haría trabajar al lado de estrellas como William Holden, Robert Ryan y Warren Oates. Trabajó en varias películas del director como, por ejemplo, Quiero la cabeza de Alfredo García. Durante los setenta y los ochenta fue jefe atrezista en Paramount antes de rodar "The Second Civil War" para televisión, y Siempre para la gran pantalla.