Gonzalo muere inesperadamente y su familia decide ocultar su cadáver y falsificar su testamento para evitar problemas. Mientras intentan mantener el secreto, deben lidiar con una vecina cotilla, un policía enamorado y un ex entrenador de fútbol que podrían descubrir la verdad.
La noche del veinticuatro de diciembre, Chuy sufre una terrible caída y no recuerda nada de lo que ha pasado en un año. Durante esos 364 días, su alter ego tomo el control de su cuerpo y ahora, Chuy tendrá que asumir sus acciones.