Christie, enfrentando dificultades, decide vender un manuscrito y matar a su personaje, Hércules Poirot, contratando a un guardaespaldas de mala reputación. En el hotel donde se realiza la transacción, el suspenso aumenta cuando una serie de asesinatos pone en peligro a todos los presentes.
Michael Lynch es el criminal más famoso de Dublín, siendo una inspiración para la clase trabajadoras de los barrios del norte de la ciudad. Sus golpes combinan la maestría del espectáculo y un gran botín. Pero un enfrentamiento se avecina cuando Garda Noel Quigley se decide a condenarlo.