Nacido en los suburbios de Bruselas, Jean-Claude Van Damme se metió en el mundo del karate a la edad de once años. A sus 18 años ya era cinturón negro. En 1982, con dos mil dólares en el bolsillo y sin saber hablar inglés, se mudó a Los Ángeles con la intención de conquistar Hollywood. Es allí donde se gana la vida como puede y tiene pequeños papeles en diversas producciones.
Fue en esa etapa cuando impresionó al productor Menahem Golan, que le dio su primera oportunidad como el villano en 'Retroceder nunca, rendirse jamás', que le lanzó a la fama en el cine de artes marciales. Luego vinieron 'Kickboxer', 'Cyborg', 'Contacto sangriento' y 'Doble Impacto'. Apodado 'Los Músculos de Bruselas', cumplió su sueño y se convirtió en una estrella mundial. En 1992, rodó su primera gran producción, 'Soldado Universal', dirigida por el alemán Roland Emmerich.
Jean-Claude Van Damme se convierte en un trampolín para los cineastas de Hong Kong deseosos de hacer una carrera en los Estados Unidos como John Woo ('Blanco humano'), Ringo Lam ('Al límite del riesgo') y Tsui Hark ('Double Team'). Universal Studios y el director Peter Hyams también se interesaron en él, al darle el papel de vengador futurista en 'Timecop'.
Pero tras una serie de fracasos el actor cae en el mundo de la cocaína y comienza el declive de su carrera. Alterna idas y venidas en centros de desintoxicación, con filmes mediocres como 'Replicant', 'Salvaje' o 'Desafío a la muerte'. Hasta que en 2008 conquistó a crítica y público, parodiándose a sí mismo en la divertida 'JCVD', que ha hecho que Stallone se fije en él para 'The Expendables 2'.