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    Hace 55 años, este western nos brindó una de las primeras escenas más magistrales de la historia del cine
    Alicia P. Ferreirós
    Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

    Medio siglo después, esta lenta y cautivadora escena introductoria de 'Hasta que llegó su hora', sigue siendo considerada como una de las más memorables jamás realizadas

    Considerada como "una lección de cine" por Quentin Tarantino, una película "mítica" para John Carpenter y una referencia absoluta para todo cinéfilo que se precie, la película Hasta que llegó su hora (1969) de Sergio Leone es sencillamente uno de los mejores western jamás realizados.

    Con una excepcional media de 4,2 estrellas sobre 5 según los lectores de SensaCine, este monumento del séptimo arte es una de las mejores películas del Oeste según los usuarios, empatada con El hombre que mató a Liberty Valance por el quinto lugar y solo por detrás de una de sus contemporáneas, la líder de la lista El bueno, el feo y el malo, también de Sergio Leone. Además, la película es una de las piezas clave en la carrera de su cineasta y la primera parte de la Trilogía del Tiempo que siguió a la Trilogía del Dólar.

    Hasta que llegó su hora
    Hasta que llegó su hora
    Fecha de estreno 27 de agosto de 1969 | 2h 55min
    Dirigida por Sergio Leone
    Con Henry Fonda, Charles Bronson, Frank Wolff
    Medios
    3,6
    Usuarios
    4,2
    Streaming

    Un largometraje con un ritmo absolutamente único, diluido por la embriagadora partitura de Ennio Morricone, que cuenta la historia del fin de un mundo y el comienzo de otro. Mientras los terratenientes y los concesionarios de ferrocarriles están dispuestos a dividir la inmensidad del Lejano Oeste en millones de parcelas, los últimos vaqueros de una era en desaparición chocarán.

    Ambientada en un pueblo pobre y desértico en el que nunca ocurre nada, Brett McBain (Frank Wolff) decide preparar una fiesta de bienvenida para su bella esposa, Jill (Claudia Cardinale), tras un largo viaje desde Nueva Orleáns. Sin embargo, a su llegada, la mujer descubrirá que su marido y sus hijos han sido asesinados y que su fortuna recién heredada la sitúa en el punto de mira de la persona relacionada con el crimen.

    Mientras, un misterioso extraño acompañado de una armónica (Charles Bronson) busca a Frank (Henry Fonda), el sanguinario pistolero que trabaja bajo las órdenes del Barón, y el fugitivo Cheyenne (Jason Robards), acusado del crimen, se une en la búsqueda.

    Llena de secuencias inolvidables, si por algo siempre es recordada Hasta que llegó su hora es sin duda por su magistral introducción: excepcionalmente larga (más de 10 minutos), prácticamente desprovista de diálogo y sin la más mínima música (salvo las pocas notas de armónica que lo concluyen).

    Una primera escena magistral

    En la escena, en el destartalado andén de una estación improvisada en pleno desierto, tres hombres esperan mientras una brisa cálida mueve lentamente la rueda de un pequeño molino oxidado. El primero tira con indiferencia los cables de un telégrafo abandonado cuando se pone en marcha y luego intenta ahuyentar una mosca que ha vuelto a rodearlo. El segundo se vuelve a ponerse el sombrero cuando unas gotas de agua empiezan a caer del techo. El tercero, al ver pasar a un perro, hace crujir lentamente los nudillos de los dedos.

    La tensión aumenta lentamente, paso a paso, y algunos espectadores pueden incluso empezar a impacientarse cuando finalmente suena el silbato de la locomotora. Del tren baja "el hombre de la armónica" y, sin más dilación tiene lugar el primer gran duelo de la película: casi de forma imperceptible en claro contraste con la lentitud anterior, el recién llegado derrota a sus oponentes. Es herido en el brazo, pero se levanta con indiferencia. Una interminable presentación sólo habrá servido para preparar su llegada. El resto de su aventura ahora puede comenzar.

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