'Odio el verano', la comedia que mete a tres familias en una misma casa: "Diferentes clases sociales que tienen que convivir en una situación extrema"
Andrea Zamora
-Redactora
Fan de la fantasía, el ‘thriller’ y la ciencia ficción. Vive entre los muros del Hogwarts, los mundos inventados y las historias de superhéroes.

El nuevo filme de Fer García-Ruiz, con un elenco liderado por Malena Alterio y Roberto Álamo, se estrena en cines el 23 de agosto

La palabra "Tetris" sale de la boca de Fer García-Ruiz en más de una ocasión cuando habla de su última película. El director ha vivido algo que no suele ocurrir en el cine: ha estrenado dos películas con un mes de diferencia. "Estrenar dos películas tan seguidas es un privilegio", dice el cineasta en SensaCine. "Procuro disfrutarlo y vivir el momento porque sé que no es fácil que se vuelva a repetir". En julio llegó a las salas Mala persona y ahora, el 23 de agosto, le toca el turno a Odio el verano. Aunque comparten género, la primera era una historia más de barrio y la segunda es una aventura más coral.

Odio el verano sigue a tres familias que, por un error, alquilan la misma casa de vacaciones en Canarias. Esto a grandes rasgos porque, como toda buena comedia, la trama es una excusa para hablar de nuestro mundo. "Se hace una crítica social a la hora de marcar las diferentes clases sociales que tienen que convivir en una situación extrema", explica García-Ruiz.

Como añade:

Hemos buscado jugar a ese ejercicio de tolerancia entre las diferentes familias, pero sin llegar a una exageración, a una pelea entre ellas. Es un ejercicio de convivencia más que una lucha entre ellas

En esta mezcolanza de personajes están, por un lado, la familia liderada por Malena Alterio y Roberto Álamo. Por otro, la de Jordi Sánchez y María Botto. Por último, la de Julián López y Kira Miró.

"Ese Tetris ha sido complejo porque encontrar a los hijos que encajen con los personajes, con las familias…”, reconoce el director sobre cómo fue construir a cada clan. "Una vez que se deciden las parejas, luego contar con la disponibilidad de estos actores no es sencillo. Tuve la suerte de que las primeras opciones fueron las que entraron".

Algunos del elenco repiten por segunda vez con el director. "Te escucha, te deja. También es un director que crea muy buen ambiente. Ha sido bonito repetir", afirma López, que colaboró con el director en Descarrilados (2021). El caso más curioso, sin embargo, es el de Alterio, que está viviendo lo mismo que García-Ruiz, pero desde el lado de la actuación: protagonizó junto a Arturo Valls Mala persona y ahora estrena Odio el verano. "Es muy fuerte. Todavía no me creo esta casualidad. Es que nunca pasa, de repente hacer dos películas y las rodé seguidas. El destino, la casualidad, el azar", dice la intérprete. 

"Es muy fácil, es una cuestión de química. Enseguida ves que te entiendes, que a nivel personal hay conexión, hay entendimiento. Luego, sobre todo, que a nivel profesional son unos fenómenos ambos [Alterio y López]", apunta García-Ruiz sobre cuándo sabe que va a repetir con un actor.

¿Ha encontrado a un nuevo futuro veterano en el elenco de Odio el verano?

Espero que todos. Si hubiese la suerte de hacer una segunda parte, si la película va bien, sería maravilloso

El reparto fue uno, pero el segundo encaje de bolillos de García-Ruiz en este filme fue rodar en la casa en la que tiene lugar la historia. "No era fácil por una cuestión de espacio", recuerda. "Afortunadamente, el equipo es maravilloso y la convivencia fue fácil porque son excelentes personas todos. Pero no es fácil porque era un poco Tetris. Cuando estábamos rodando en la cocina, todos tenían que irse al salón. Cuando rodábamos en el dormitorio, había que sacar a la gente del dormitorio".

El elenco, mientras, pasaba el tiempo como podían. "Las siestas de algunos han sido míticas", dice Botto. "Es una cosa que aprendí con el tiempo, el ahorro de energía", reconoce Álamo. "Te lo estás pasando muy bien, estás rodeado de gente que mola, con la que te lo pasas bien, pero estás trabajando. Indudablemente, si te lo estás pasando muy bien durante una hora de descanso y luego tienes que rodar y pierdes mucha energía, luego vas a tener menos energía para roda". "Mientras él hacía eso yo picoteaba. Me encanta el picoteo, a todas horas. En las películas hay comida por todos lados", añade López. "Era como una película paralela. Estaba la que estábamos haciendo y luego el qué hacemos en los momentos de pausa", indica Alterio.

LAS FAMILIAS DE 'ODIO EL VERANO'

Alonso y Marisa son los personajes de Álamo y Alterio. Tienen dos hijos, un perro y se han llevado de vacaciones a todos junto con el abuelo. Ella se gana la vida como tarotista y Alterio pidió ayuda a una amiga que echaba las cartas para ir metiéndose en el papel.

"Flipé", reconoce. "Yo soy un poco escéptica y me da un poco de yuyu que me echen las cartas". Lo que le salió en la lectura vaticinaba su último Goya, el que ganó por Que nadie duerma. "Empezó a tirar las cartas y dice: 'Pero es que yo veo aquí éxito, pero esto es mundial, te estoy hablando a nivel internacional". Bingo. "A mí se me quedó eso ahí en alguna parte de la memoria. Luego pasó el tiempo y pasó lo que pasó y dije: '¡Hostia! ¡Hostia!'. Todo lo que me fue diciendo había coincidido. Ahora le tengo más respeto a las brujas y a las cartas y a todo eso. La próxima vez seré menos escéptica".

El segundo clan es de Torres y Fátima, que regentan una tienda de embutidos y tienen una hija adolescente. Aunque puede recordar un poco a él, Sánchez explica que este empresario no es, para nada, como su Recio de La que se avecina.

"Uno vende embutidos y el otro vende mariscos y los dos son muy fans de su negocio" cuenta. "Pero el tipo de interpretación de un personaje y de otro… Es que La que se avecina es otro mundo, es todo más histriónico y el personaje es como un personaje de cómic maravilloso".

Como afirma el actor:

Jugamos en otra clave. Este es un señor costumbrista que está en casa con su mujer, que si fuera por él no haría vacaciones porque seguramente piensa que puede seguir vendiendo aunque estemos en agosto, que no sale de ese pequeño mundo

Por último, están Calatrava y Vicky, que tienen gemelos Él es cirujano plástico, ella está obsesionada con las redes sociales y ninguno trata nada bien a su asistenta. Tanto López como Miró han disfrutado dando vida a estos personajes tan extremos. "Casi siempre suelo estar con una sonrisa en la cara y me encantó estar oliendo pedo todo el rato", dice la actriz. "Es divertido alejarte un poco de ti y entrar en ese mundo de: 'Pues soy antipática. Soy antipática y no pasa nada y estoy excusada por el personaje".

"Es lo más divertido y lo que más me gusta", reconoce López. "Este tipo de personajes los reconozco en la vida real y creo que todos los reconocemos. Son muy de las apariencias, del qué dirán, de que se nos vea todo el rato estupendos y luego, de puertas para adentro, son unos miserables y gente incompleta. No son tan alejados a cosas que existen realmente. Precisamente por eso, por hacer homenaje a personas que he conocido así y que no me han gustado, pues disfrutas más. Dices 'Voy a añadir un poquito de este, un poquito del otro".

Miró y López ya se conocían, así que eso dio pie a la improvisación. "Son muchos años de conocernos y me gusta buscarle las cosquillas en algunas escenas para salir un poco por peteneras, para provocarle un poco la risa porque sé que disfruta y había momentos muy divertidos con ella", recuerda el actor.

LA COMEDIA ESPAÑOLA

García-Ruiz debutó como director de largometrajes en 2021 con Descarrilados átras haber trabajo en el campo de la publicidad. Arturo Valls, Ernesto Sevilla y Julián López fueron su trío de protagonistas. Han pasado tres años desde entonces y ha regresado, por partida doble, a un género en el que Santiago Segura sigue siendo el rey en nuestro país con la cuarta entrega de Padre no hay más que uno. Pero hay vida más allá de esta saga.

"La salud de la comedia en España es maravillosa", reflexiona García-Ruiz. "Me gusta porque se está haciendo una comedia muy distinta. Está la comedia más políticamente incorrecta, otra más blanquita, otra más familiar, otra más dirigida al público infantil. Se están abordando diferentes tipos de comedia, se están estrenando un montón. El nivel general es estupendo y hay sitio para todos y, en nuestro caso, es una comedia veraniega y orientada en verano y era importante estrenar en agosto".

Pese a la gran variedad, al cineasta le da pena lo de siempre: que no se valore la comedia lo suficiente. "Es un clásico", dice.

Como declara:

Me da pena que no se valore la comedia con lo difícil que es hacer reír. La comedia sabes que funciona o no inmediatamente. Si la gente no se ríe es que no está funcionando. Es muy cruel en ese sentido. Muchas veces no se ponen en valor. Se considera un género menor cuando, en realidad, es complicadísimo

Las familias de Odio el verano comienzan con mal pie, pero la relación va evolucionando a medida que pasan los días. Lo que García-Ruiz espera que ocurra con la comedia es algo parecido: "Esperemos que la cosa vaya cambiando y se valore más".

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