La escena que siempre nos hace llorar en 'Titanic' fue aún más triste en la vida real: James Cameron llegó a rodarlo pero fue eliminada por falta de tiempo
Randy Meeks
-Redactor de cine y series
Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

Preparad los pañuelos, porque vais a tener ganas de llorar

En 1958, Roy Ward Baker estrenó La última noche del Titanic, un docudrama donde repasaba, como su propio nombre indica, el naufragio del barco que no se podía hundir. En aquel momento, de hecho, fue la película más cara jamás hecha en Reino Unido y no recuperó jamás lo gastado en taquilla. Pero para James Cameron fue una gran inspiración: de hecho, cogió frases directamente de la película (como cuando el capitán Smith dice que el hundimiento es "una certeza matemática") e hizo varios homenajes visuales. Puede que Baker nunca recuperara su presupuesto, pero al menos tuvo este homenaje que llegó a ver en vida. Algo es algo.

No me sueltes de la mano

Una de las cosas que más claras tenía Cameron antes de meterse a hacer Titanic era que todo el mundo tenía importancia en la película. Así que habló con todos los personajes y los extras, y les dio una historia, normalmente real, de alguien que estuvo subido al barco. Y claro: entre ellas hay vidas absolutamente increíbles, como la de esos ancianos que aparecen cogidos de la mano en un camarote mientras el barco se llena de agua. Sí, existieron de verdad.

Eran, de hecho, Isidor e Ida Strauss, una pareja bien avenida que tenían 67 y 63 años en el momento del naufragio. Cuando ambos llegaron a la cubierta, se les permitió subir a un bote salvavidas, pero Isidor se negó a hacerlo: "No. Hasta que vea que todas las mujeres y niños de este barco están a salvo, no me meteré en un bote". Entonces Ida salió del mismo, respondiendo "No me separaré de mi marido. Como hemos vivido, así moriremos, juntos". Y así fue, aunque no murieron en la cama cogidos de la mano: una ola se los llevó por delante justo después de que Ida diera su abrigo a su sirvienta, Bird.

James Cameron llegó a rodar la escena en la que ambos deciden quedarse en el barco, aunque cambió un poco el diálogo: "Donde tú vayas, yo iré, Isidor", dice Ida, interpretada por Elsa Raven. Finalmente, decidió quitar la escena del montaje final, pero no la del abrazo final entre ambos que no pudieron tener en la vida real. ¿Cómo dejar esta historia fuera de la película?

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