El actor ha sabido alejarse de la comedia para ser todo un héroe de acción cuando la ocasión lo ha permitido
Owen Wilson es sinónimo de comedia. Cuando piensas en el actor, seguramente te vengan a la cabeza películas como Zoolader o De boda en boda, pero el actor ha explorado otros géneros con los que no le identificamos tanto. En el año 2015, fue el protagonista de una cinta de acción en la que tuvo que luchar por su vida. Desgraciadamente, Golpe de estado pasó completamente desapercibida en las salas de cine, recaudando un total de 54 millones de dólares alrededor de todo el mundo.
Este thriller de supervivencia sigue la historia de Jack Dwyer (Wilson), un hombre común que acaba de trasladarse junto a su familia un país del sudeste asiático. Su recién estrenada tranquilidad se ve alterada cuando se encuentran en medio de un golpe de estado. La rebelión fija como objetivo los extranjeros que se encuentran dentro del país, lo que conlleva a los Dwyer a luchar por su vida e intentar escapar de los ataques.
Con su esposa (Lake Bell) y sus dos hijas a su lado, Jack debe hacer todo lo posible por mantenerlos a salvo en medio del caos, enfrentándose a un peligro constante. En este thriller político y social cualquier momento puede ser el último si no andas con cuidado.
Pese a haber sido valorada con un 48% de puntuación por la crítica especializada, merece la pena ver a Wilson interpretando a un hombre normal, lleno de miedo y desesperación que no piensa en otra cosa que en salvar a su familia. La intensidad emocional de su papel es impresionante, lo que hace que su lucha por sobrevivir sea aún más creíble. Por si no fuera poco, a su lado encontramos a Pierce Brosnan, quien da vida a Hammond, un misterioso aliado que intentará ayudar a la familia a huir de la zona de conflicto y que añade un toque de misterio a la trama.
El candidato perfecto para esta película no quiso hacerla ni por 12 millones de dólares: el director de la película cree que se arrepentiráLa película consigue mantener al espectador al borde del asiento con giros inesperados y la sensación de que escapar es imposible durante sus 103 minutos. Justo cuando parece que la familia de Jack ha encontrado un respiro, la trama da un nuevo giro, atrapando a los personajes en otra situación límite. Golpe de estado es una experiencia emocionalmente agotadora, pero al mismo tiempo, adictiva para los amantes de un buen thriller.