Es considerada una de las producciones más problemáticas y complejas de la historia del cine
Pocas colaboraciones en la gran pantalla y entre bastidores han sido tan homéricas, apasionadas, violentas y completamente locas como la de Werner Herzog y Klaus Kinski. Esta relación de amor-odio quedó brillantemente documentada en el extraordinario documental Mi enemigo íntimo, estrenado en 1999. Aunque su primera colaboración, Aguirre, la cólera de Dios, tuvo problemas durante las grabaciones, no fue nada comparado con el dantesco rodaje de Fitzcarraldo, que fue un auténtico infierno.
Lejos de todo, a 1.400 kilómetros del primer pueblo, Herzog rodó su película en la peligrosa selva amazónica. Y, como era de esperar, el equipo de rodaje sufrió las consecuencias: dos de las lluvias más intensas del siglo tuvieron lugar, por lo que tuvieron que detener el trabajo y enfrentarse al barro. Esto provocó que, en lugar de rodar su película en unos meses, el director tardará tres años en terminarla
La historia de un hombre obsesionado con la idea de construir un teatro de ópera en medio de la selva iba a estar protagonizada originalmente por Jason Robards como Brian Sweene Fitzgerald, conocido como Fitzcarraldo, y Mick Jagger, vocalista de los Rolling Stones, como su socio Wilbur. Sin embargo, Robards se puso enfermo en el set y tuvo que ser trasladado de urgencia a su casa. Esto provocó también la ausencia de la estrella del Rock, ya que, debido a obligaciones contractuales con su banda, debía embarcarse en una gira musical en 1981.
Seguro que te han entrado ganas de ver a Jagger junto a Robards grabando una película de Herzog -y más tratándose de Fitzcarraldo, considerada una de las producciones más problemáticas y complejas de la historia del cine-, pues tranquilos porque aún se conservan algunas de las escenas grabadas:
Comprensiblemente descorazonado por el fracaso de sus dos protagonistas, Herzog se vio obligado a empezar de cero reescribiendo el guion. El personaje interpretado por Mick Jagger fue eliminado por completo, mientras que el de Fitzcarraldo fue reelaborado para adaptarse mejor a la personalidad de Klaus Kinski, quien asumió el papel.
El actor volvió a brillar en un papel, pero sus rabietas y sus repetidos enfrentamientos con Herzog fueron tales que una mañana del 15 de junio de 1981 llegaron a amenazar con asesinarle.
Si no sabes qué ver y quieres recibir los estrenos en tu mail apúntate a nuestra Newsletter.