El actor logró escaparse de uno de los grandes fracasos del cine de superhéroes
Ni Capitán América ni Iron Man, la primera película basada en un cómic de Marvel fue Howard... un nuevo héroe, una cinta basada en este particular héroe de La casa de las ideas que terminó convertida en el ejemplo de todo lo que no hay que hacer en pantalla grande.
Con George Lucas a bordo como productor, la cinta se encontró con innumerables obstáculos por el camino. Nadie confiaba en el pato, por lo que el trabajo de dirección de William Huyck -quien había trabajado con Lucas en American Graffiti y en Indiana Jones y el templo maldito- terminó convertido en un auténtico fracaso. Ganó cuatro Razzies de los siete a los que optaba y en taquilla tan solo se hizo con 38 millones de dólares. Lucas ni siquiera recuperó su presupuesto.
En un primer momento, iba a contar con uno de los grandes cómicos de la historia del cine, pero éste decidió bajarse del carro en el último momento: Robin Williams iba a poner voz al famoso pato, pero, por razones técnicas, decidió abandonar el proyecto. Y así pasó de refilón por la que hubiese sido la peor película de su carrera.
Williams decidió dejar la producción en la primera semana de desarrollo debido a la frustración de no poder sincronizar su voz con la factura animatrónica del pato. El animatrónico había sido preparado para moverse según la interpretación de unos titiriteros que leyeron las líneas en tono suave. Si has crecido con Aladdín o con cualquier otra película donde Robin Williams dejara su sello, sabrás que el actor era de todo menos tranquilo, por lo que no podía adaptar su interpretación al tranquilo Howard.
"Robin dijo al tercer día: 'No puedo hacer esto. Es una locura. No puedo encontrar el ritmo. Estoy encerrado", recuerda Chip Zien, voz de Howard, en una entrevista con The Hollywood Reporter, "El Día de los Caídos en 1985 recibí una llamada de mi agente que me decía: '¡Tienes que ir al aeropuerto inmediatamente! Robin Williams acaba de retirarse y ahora eres Howard el pato. Tienes que estar allí esta noche, hay un billete esperándote en el mostrador. ¡Estaba súper emocionado!".
No fue el único inconveniente al que tuvieron que hacer frente en la producción. Howard el pato se planeó originalmente como una película animada, pero tuvo que convertirse en una película de acción real debido a una obligación contractual.
George Lucas, que ya había conocido el éxito con Star Wars e Indiana Jones, estaba seguro de que tenía otra megafranquicia en sus manos. La película fue tan mal recibida que Frank Price, entonces presidente de Universal Pictures, renunció en septiembre de 1986. "La gente ahora aprecia la película en el espíritu con el que se hizo", reflexionaría la actriz Lea Thompson, "Fue una película iconoclasta. Es para pequeños rebeldes".