"En la peli pasan cosas que parecen mentira, y juro que pasaron": 'La infiltrada', una historia real demasiado buena como para no contarla
Andrea Zamora
-Redactora
Fan de la fantasía, el ‘thriller’ y la ciencia ficción. Vive entre los muros del Hogwarts, los mundos inventados y las historias de superhéroes.

Carolina Yuste se unió a la película cuando no existía un guion. Fue la confianza en la directora Arantxa Echevarría lo que le hizo aceptar. "Si este proyecto me llega por parte de otra persona, ni de coña me hubiera atrevido a decir que sí"

La historia real de la policía nacional que pasó ocho años infiltrada en ETA era demasiado buena como para no contarla. "Es un caramelo", dice la directora Arantxa Echevarría. "Me parecía un viaje psicológico brutal". La infiltrada llega a los cines el 11 de octubre y cuenta la historia de Elena Tejada, una mujer que, en los años 90, se hizo pasar por una simpatizante de la izquierda abertzale para que la banda terrorista le ofreciera unirse a ellos. Con 22 años, recién salida de la Academia de la Policía Nacional, aparcó a su familia y amigos por un bien mayor. El resultado de su trabajo: desmantelar el Comando Donosti.

"Era un viaje que me apetecía mucho hacer", reconoce Echevarría, que supo desde el primer momento que si había alguien con quien se atrevía a hacerlo era con Carolina Yuste. "Desde que me contaron la historia, llamé a Carol y le dije: 'Carolina, ¿te vienes?'. Porque con Carolina me iba, con otra no lo sé, pero con Carolina me iba. Me dijo: 'Venga, vamos'. 'No está el guion'. 'Da igual. Vamos a por ello", recuerda la cineasta.

Llega a los cines la historia real de la única policía que llegó a compartir piso con miembros de ETA

La conexión entre directora y actriz ocurrió en 2017 con Carmen y Lola, el drama romántico de dos gitanas que fue la primera película de Echevarría. De ella, la cineasta salió con el Goya a Mejor dirección novel y Yuste con el de Mejor actriz de reparto. "Hubo una sinergia y un hermanamiento muy bonito", dice Echevarría. El nivel de entendimiento es tal que la directora, durante el rodaje de La infiltrada, sabía cómo estaba su actriz solo con mirarle el cuello. "Todo era para mí una actuación muy somática, muy corpórea. Yo le decía: 'Es que estoy viendo lo que sientes por la vena de aquí", dice señalándose la yugular.

Un viaje tan complicado, con tantos matices y que iba a exprimir emocionalmente a la persona que se viniera conmigo", indica la directora. "Pensé que alguien a quien miras y que comprendes y que sabes lo que quiere y que te plantea dudas muy interesantes y que te hacer meditar sobre el personaje era algo que yo necesitaba

"Si este proyecto me llega por parte de otra persona, ni de coña me hubiera atrevido a decir que sí", afirma Yuste. "Confío mucho en ella".

EL INHUMANO: EL HOMBRE Y EQUIPO DETRÁS DE LA MISIÓN

Tejada, que utilizó el nombre de Aranzazu Berradre Martín durante su infiltración -en el filme el pseudónimo de la protagonista es Arantxa-, fue reclutada por un hombre apodado El Inhumano. "Hay varias teorías sobre por qué le llamaban así", explica Echevarría. "Es un controlador. A Arantxa le daba palmaditas en la espalda cuando la necesitaba o la exigía muchísimo cuando también necesitaba información. Esa figura de controlador queda ahí en un sitio bastante oscuro. También porque el tío, ¡es que no había vacaciones si trabajas para él! No había familia. A él le daba igual que tuvieras hijos y que te quisieras ir a casa. Hay una compañera que está infiltrada, que está 24 horas, y tú, si eres parte del operativo, vas a estar esas 24 horas".

Luis Tosar es el encargado de interpretar a El Inhumano. "Ahora ya, con el paso de los años, siendo una persona que está retirada, digamos, del servicio activo, supongo que ya no tiene tanto que ver con lo que respondía ese apodo en su día", afirma el actor, que pudo conocer a la persona real que interpreta en el filme.

Como continúa el actor:

Sí entendía, por lo que él nos transmitía, el compromiso exacerbado que tenía con su trabajo, con esa misión en concreto y cómo fue capaz de anteponer, seguramente, todas las emociones a algo que él consideró que era un bien mayor

Tanto Yuste como Tosar y Echevarría pudieron conocer al equipo de policías que participó en la misión. Faltó Tejada. "Con ella no pudimos hablar porque está en paradero desconocido fuera de España. Como fue infiltrada, su cara ha estado en Herriko tabernas con una una cruz, con una diana", explica Echevarría. "Me hubiese encantado conocerla", dice Yuste, para quien fue muy útil hablar con el resto del equipo de Tejada. "Te ayuda un montón porque te sitúa, te contextualiza y te da ciertas claves con respecto a cómo podía ser Arantxa", indica. También le sirvió hablar con infiltrados en movimientos de narcotráfico y ultraderecha. "Para pillar cosas que tienen que ver más con el carácter, con las miradas, con cómo observan el mundo, que para mí fue una de las cosas que más me llamó la atención: cómo y dónde se colocan, en qué parte de la habitación se colocan, cómo están, absolutamente, observando todo lo que pasa".

Como añade Echevarría:

Ha sido un viaje y ellos han sido superrespetuosos contándonos la historia y hemos intentado, dentro de lo que nos han contado, ser lo más fidedignos y realistas con la historia de verdad. En la peli pasan cosas que parecen mentira, y te juro que pasaron

Yuste tuvo mucho tiempo para preparar su personaje. "Carolina se empolló todo lo que pudo y es un animal cuando se pone a documentarse sobre el conflicto", reconoce la cineasta. Pero llegó un punto en el que la actriz tuvo que parar. "Todo el proceso de embeberse un poco del contexto, de ponerte a ver documentales, leer libros, ver pelis… Reconozco que hubo momentos en que dije: 'Ya está. No quiero ver un docu más'. Me puse el documental de David Bisbal, que es estupendo", dice. "Para compensar", ríe Tosar.

LOS ETARRAS DE 'LA INFILTRADA'

Quienes no tuvieron tanto tiempo como Yuste para explorar la historia real fueron Diego Anido e Iñigo Gastesi. El primero se mete en la piel del etarra Sergio Polo y el segundo en la del etarra Kepa Echevarría. "Nos llamaron con muy poco tiempo", dice Anido. "En nuestro caso, somos dos actores que, de repente, en cuatro semanas tenemos que entrar a rodar y tiramos de Internet y de preguntar y después, en los ensayos, nos van contando cosas".

Gastesi pasó por "el canal clásico" de cara a unirse al filme. "De una primera ronda de 'casting', que lo hago en San Sebastián, pasa un tiempo, me olvido, me vuelven a llamar para una segunda ronda en Madrid, ya con Arantxa y con Carol y hasta aquí". El caso de Anido fue diferente. "Me explican un poco de lo que iba y que Arantxa me quería directo. Eso, vamos, te rellena el ego", dice.

"Arantxa es una persona que me gusta cómo habla, cómo es", reconoce Anido. "Me hubiera encantado coincidir con ella en el instituto. Cuando ves a gente que dices: 'Con esta me iba a entender, pero así [chasquea los dedos]

Anido no se equivocaba porque a la directora le gusta improvisar y para él eso es algo "muy natural". "Yo vengo de un lugar, más o menos, entre el teatro contemporáneo, danza contemporánea y lo que es la interpretación en audiovisual muy de guerrilla", dice. "Cuando me encuentro a alguien que no tiene miedo a improvisar, estoy muy a gusto. Pasas un poco de miedillo porque el material que sale es el que sale en el presente, pero los hallazgos son totalmente originales y de ese momento".

"Le gusta mucho improvisar. Me gusta que le guste mucho improvisar", afirma Gastesi. "He aprendido mucho. Era mi primer proyecto, entonces, está siempre esa tensión, viendo actores ya consagrados. Por un lado, ha sido una gozada de aprendizaje y ver un lugar al que quiero ir a la hora de trabajar. Me gusta esa manera de trabajar. Ppor otro lado, ha sido un goce máximo verles jugar".

En el caso de Tosar y Yuste, la improvisación fue clave a la hora de darle la vuelta a las escenas que tenían juntos. "La única conexión que ella tenía con el mundo exterior era él, lo cual lo convierte en un personaje bastante complejo y bastante ambiguo. Esta relación que tenía era una relación un poco extraña, curiosa. Primero como casi de pupila, de alumna, porque él la recluta estando todavía en la Academia y luego, bueno, una relación que se mantiene durante mucho tiempo pero que ya empieza a tener unos tintes muy extraños. Por así decirlo, es una relación un poco tóxica, pero desde un lugar muy poco habitual", afirma.

Como indica:

Nuestros personajes, que tienen esa relación tan compleja… Intentábamos buscar los recovecos. No quedarnos, digamos, con la primera impresión que nos daban las escenas, sino intentar que aquello tuviera alguna doblez y fue un proceso muy bonito, muy enriquecedor

"Cuando Carolina y Luis tenían una secuencia conjunta", recuerda Echevarría. "Creo que lo decía Almodóvar hace poco, que hay veces que pasan cosas en el set que notas que está pasando algo bueno, algo mágico. Ellos dos se retroalimentaban y se estaban dando muchísima energía".

La infiltrada no deja de ser una película, pero ya existe toda una generación que ha crecido sin saber lo que es ETA. Así que el filme, además de para entretener, también tiene algo de responsabilidad por intentar recordar ese periodo. "Hicimos una especie de encuesta muy básica en la productora, a la gente de 18 y 17 años sobre el conflicto, y no tenía ni idea", reconoce Echevarría. "Sí que tenemos una especie de responsabilidad de memoria histórica, de contar lo que pasó. Sobre todo para que no se repita"

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