El intérprete ha hablado en exclusiva con la revista People y ha recordado su tiempo de rompecorazones
Hablar de Ian Somerhalder supone que la mente vuele directamente a su papel de Damon en Crónicas Vampíricas. Sin embargo, antes del que se podría decir que es el gran papel de su vida, el actor apareció con un rol bastante importante en Perdidos, la serie que lo catapultó a la fama y gracias a la cual consiguió aparecer en varias ocasiones en ese icónico Top de Personas Más Sexies del mundo que People lleva años elaborando y que siempre ha conseguido captar la mirada del público. Por lo que sea.
Ahora precisamente ha estado conversando con la publicación a raíz de su última colaboración con una marca y en esa charla ha salido este tema a la luz, la forma en la que pudo influenciar en su carrera como intérprete, algo que Somerhalder ha reconocido diciendo que sin duda estar presente en esa clasificación movió los hilos para poder progresar también en su carrera delante de las cámaras.
Sin embargo, la fama le supo a poco al artista a pesar de resultarle bastante completa su faceta de actor, por lo que decidió seguir su camino hacia la felicidad: "Una vez que llegas a cierto punto te planteas qué quieres. En mi caso me dije que me apetecía centrarme en mi familia y en el futuro de agricultura, la alimentación y la energía. Cuestiones que van más allá. No necesito que me den premios ni reconocimientos que hagan que me sienta mejor conmigo mismo", ha comentado de forma clara para la publicación estadounidense Ian Somerhalder.
Como ya te conté, en la actualidad el que aparentase ser en un inicio el vampiro más malo, malísimo de Mystic Falls, vive con su mujer, la también actriz y exvampiro Nikki Reed, encargada de interpretar a Rosalie Cullen en la Saga Crepúsculo, en una granja alejado de los deslumbrantes, y a veces por lo tanto cegadores, focos de Hollywood.
Desde que decidieron hacer este cambio vital, lleva una rutina infinitamente más tranquila y centrada en aquello que de verdad los motiva. Sin embargo, la palabra que yo emplearía para hablar de ellos y su casi utópica odisea familiar sería la de pijipis, un maravilloso concepto que casa con ellos y su estilo de vida a la perfección.
A pesar de que su principal fuente de ingresos ahora no es la actuación, ambos siguen generando muchos ingresos debido a los múltiples negocios que tienen: desde su marca de suplementos, bautizada The Absorption, hasta el bourbon que los hermanos Salvatore comparten en la realidad, la bebida que tanto él como Paul Wesley tomaban todo el tiempo durante la grabación de Crónicas Vampíricas, hasta un documental producido por él y por Reed. Además, ella tiene una firma de joyería, Bayou With Love. Uno siempre tiene que tener sus "side-hustles" en el caso de que mamá Tierra deje de producir y proveer.