2 meses después de estrenarse en cines, llega a Max uno de los thrillers más divisivos y tensos del año

Una espectacular experiencia de M. Night Shyamalan

Incluso algo con vocación de entretener puede llegar a convertirse en un objeto de controversia, llevando a discusiones bastante encendidas sobre qué debe ofrecer uno de estos entretenimientos para ser considerado aceptable. Pueden llegarse hasta extremos de lo más disparatados a poco que algo muestre una ambición fuera de la norma.

Algo que pasó hace un par de meses con el estreno en cines de La trampa, el último thriller del singular M. Night Shyamalan, que trató de dar un espectáculo especial que ha generado intensa división. Josh Harnett protagoniza un meticuloso ejercicio de suspense que ahora se estrena en streaming a través de Max.

Cooper y su hija adolescente asisten a un concierto del ídolo pop de la joven: Lady Raven. Pero pronto se descubre que la policía quiere aprovechar el evento para tender una trampa a un famoso asesino en serie, conocido en los medios sólo como "El Carnicero", y acabar por fin con sus sangrientas actividades.

Lejos de ser un disparate, la información de los agentes de la ley de que el peligros criminal va a estar en el concierto resulta ser correcta: El Carnicero es en realidad Cooper. Así que éste busca la manera de escapar de sus perseguidores mientras la soga se aprieta a su alrededor e intenta mantener la normalidad alrededor de su hija.

Shyamalan dio con el concepto de la película a partir de conversaciones con su hija Saleka Shyamalan, cantante en la vida real que interpreta a la estrella del pop de la película, intentando combinar el suspense sobre psicópatas de El silencio de los corderos con el espectáculo del concierto al estilo de Purple Rain. El director también se inspiró en un suceso real sobre operaciones encubiertas donde un falso partido de fútbol sirvió para acorralar a una serie de fugitivos.

'La trampa': un espectáculo atrevido

Aun teniendo esa base real, es difícil para muchos no considerar que lo que se cuenta en La trampa es un absoluto disparate. Y no es por falta de motivos, ya que Shyamalan emplea todas sus técnicas narrativas notables para hacer un entretenimiento absurdo y divertido, aunque también atrevido por cómo nos pone en la perspectiva de un psicópata asesino.

Es por eso que gente que entra en la propuesta la defiende con fervor, porque el espectáculo que ofrece Shyamalan a nivel visual y de suspense es propia de alguien que domina el medio cinematográfico y lo aprovecha para dar algo diferente al espectador. La clase de autor que el cine actual necesita para evitar caer en lo monótono.

Puedes ver La trampa en Max.

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