Dirigida por María Ripoll y protagonizada por Verónica Echegui y Silma López, la comedia se estrena este jueves 31 de octubre en las salas de cine españolas
"Las cosas surgen en el momento en que tienen que surgir", reflexiona María Ripoll sobre el hecho de que Yo no soy esa, una original historia que la guionista Olga Iglesias había escrito hace seis años, esté llegando ahora a las salas de cine. Y la directora, ya una veterana que fue nominada al Goya como mejor directora novel con su primera película Lluvia en los zapatos a finales de los 90 y ha dirigido otros elogiados títulos como No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas o Vivir dos veces, está encantada con haber tenido la oportunidad de al fin dirigirla después de tantos años "en un cajón".
Protagonizada por Verónica Echegui, Silma López, Daniel Grao y Adam Jezierski en los papeles principales, Yo no soy esa es la historia de Susana, una adolescente que queda en coma tras sufrir un accidente y que se despierta más de 20 años después, cuando está a punto de cumplir 40. Sin embargo, aunque Susana recibe con gran ilusión la noticia, rápidamente se encuentra con que todo ha cambiado a su alrededor: las personas que tenía a su alrededor, sí, pero, sobre todo, la sociedad, que es muy diferente en 2024 de lo que era en los 90. Al mismo tiempo, ella sigue sintiéndose como una niña de 17 años.
"Olga Iglesias, que es la creadora de esta historia, la quería contar porque que alguien aparezca en tu vida después de 20 años era una situación que le hacía gracia", nos cuenta María Ripoll en entrevista con SensaCine con motivo del estreno de la película. "Queríamos hacer una 'romcom' que es un poquito anti-'romcom'. Esta película deshace la idea de la comedia romántica y le damos valor a la amistad, que es algo muy importante para las mujeres".
El resultado es una película muy tierna y llena de nostalgia que rápidamente nos hace darnos cuenta de que este es el tipo de comedia romántica que nos apetecía ver. Y se estrena hoy, jueves 31 de octubre, en las salas de cine.
"A mí siempre me han gustado mucho las comedias románticas, inglesas, como Cuatro bodas y un funeral o Love Actually, pero se tienen que actualizar. La mujer ahora ha cambiado: ya no esperamos el Príncipe Azul, ya no creemos que las relaciones o que un hombre puede salvar tu vida", reflexiona la directora. Tenemos otras necesidades y otros objetivos, así que propuse hacer comedias románticas que expliquen también la realidad de la mujer de hoy.
Y ese es precisamente el punto de partida de la iniciativa The Love Collection, son la que María Ripoll, el productor Enrique López Lavigne y Sony Pictures buscan fomentar el género desde una perspectiva femenina, apoyando proyectos escritos y dirigidos por mujeres. Un proyecto que comienza "con mucha ilusión" de la mano e Yo no soy esa y en el que Maria Ripoll, será mentora y productora ejecutiva "para que otras directoras tengan su voz no solo en comedia sino en temas sobre la mujer y el amor".
Creo que hay una era que tiene que empezar ahora: se han acabado los superhéroes y tienen que empezar otra vez las historias que hablen de nosotros
Amante de las comedias románticas, Ripoll reivindica su existencia, por supuesto, pero también la necesidad de que comiencen a hablar de las mujeres y del amor de otra manera, dejando atrás los enfrentamientos y las "peleas de gatas": "Mucha gente dice 'Yo no veo comedias románticas' pero yo creo que todo el mundo, secretamente o no secretamente, las ve, porque nos sentimos identificados con los personajes, porque a todos nos ha gustado un chico o nos han roto el corazón. Creo que son una gran herramienta para dar los mensajes que queremos dar".
Por otro lado, "la comedia romántica está muy maltratada", reivindica la directora. "Nunca vas a vas a ver una nominación al Goya. ¿Tenemos que hacer películas de mal rollo todo el rato? No. El cine es entretenimiento. Vamos al cine a pasarlo bien".
La gran historia de amor: la amistad
En Yo no soy esa, Ripoll consigue dejar a un lado lo que ya no funciona y centrar la historia en lo que verdaderamente le interesa, que es la amistad entre las dos mujeres protagonistas: "Como siempre desde la perspectiva del hombre se ha hecho cine de mujeres muy competitivas entre nosotras y pocas historias de amigas, yo tenía la gran necesidad de decir: 'No, no, señores. La amistad es algo muy importante para la mujer'. La amistad entre nosotras nos ayuda, nos sostiene. Yo, por ejemplo, no podría vivir sin mi mejor amiga, y un mal de amistad es a veces mucho peor que un mal de amores".
Verónica Echegui y Silma López son las encargadas de interpretar a esas dos amigas cuya unión tanto reivindica María Ripoll.
"María [Ripoll] me habló de esta película hace 5 años y le dije que me gustaría hacerla", nos cuenta Echegui sobre su temprana incorporación al proyecto. Sin embargo, López llegó cuando ya iba a ser una realidad. Y la química entre ambas es una de esas que traspasa tanto la pantalla que no puedes dejar de creerte que el lazo que se creó entre las actrices es estrecho y absolutamente real. "En la prueba, cuando la hicimos, ya era muy muy palpable la química", recuerda la actriz. "Salí por la puerta y María dijo: 'Buf, qué química. Ya está, ya tenemos a Bárbara'. María ya nos decía que era muy palpable, pero es verdad que hasta que no hemos visto la película nosotras, no lo hemos podido comprobar".
"Hemos desarrollado una relación buenísima, muy bonita, preciosa", añade Silma López. "Es muy agradecido y muy gustoso trabajar con compañeros con los que te entiendes, disfrutas y quieres estar".
Despertar de un coma 20 años después: ¿Cómo ha cambiado el mundo?
En Yo no soy esa, Susana, el personaje de Echegui, despierta del coma después de dos décadas y se encuentra con un mundo que ha cambiado por completo, especialmente en todo lo que tiene que ver con el uso de las nuevas tecnologías, el uso que hacemos de ellas y cómo ha cambiado la forma en que nos comunicamos como sociedad. "¿Por qué estamos todo el rato mirando para abajo?", se pregunta Ripoll. "¿Por qué no nos miramos a los ojos? Nos hemos dejado de tocar, de mirarnos, de estar más en el presente. Estamos en unos filtros que no son ciertos y luego pues pasan cosas que la gente se no sabe funcionar en el mundo real porque no están estos filtros".
Al mismo tiempo, mientras Susana sigue siendo la chica vivaz e ilusionada que era con 17 años, su amiga Bárbara (López) representa a esa mujer que, llegada a la vida adulta, se ha encontrado con que el futuro de los millennial no era la vida que nos habían prometido. "A veces nos volvemos adultos, pero lo que hemos dejado de ser es nosotros mismos", reflexiona la directora sobre el personaje. "[Bárbara] se ha olvidado un poquito de ella por todo lo que le ha pasado en la infancia y se ha vuelto adulta de una manera que ella no quería, porque nuestros sueños nuestras aspiraciones son otras cuando tenemos 18 años".
"Yo personalmente veo que tiene cosas buenas y tiene cosas malas, pero vivo en el mundo en el que vivo y procuro utilizarla lo mínimo posible", reflexiona Echegui sobre el uso de las tecnologías. "Francamente yo no soy una fan de la tecnología, pero considero que esta película no señala. Simplemente lo muestra con humor para que cada uno saque las conclusiones que quiera y se pregunte: '¿Soy más feliz yo ahora que hace 10, 15 o 20 años cuando no tenía un móvil?".