Es una de las películas menos queridas de M. Night Shyamalan pero no podemos olvidarnos de su existencia
Hace casi 20 años, durante un trayecto rutinario por carretera, a M. Night Shyamalan se le ocurrió el concepto de El incidente, una película que se estrenó en la época de mayor éxito de la carrera del cineasta -que ya se había consolidado como uno de los directores más prometedores de su generación con El sexto sentido, El protegido y El bosque- y que parecía tenerlo todo para triunfar. Por un lado, por su atractivo como cine de catástrofes, pero especialmente por una poderosa premisa cuyo punto de partida enganchaba desde el principio.
"La idea se me ocurrió mientras conducía por la Jersey Turnpike desde Filadelfia a Nueva York", contaría Shyamalan a The New York Times durante la promoción de la película en 2008. "Pensaba en cómo las autopistas eran como una cicatriz y esos árboles se inclinaban hacia los lados y pensaba que nos superaban en número, como millones a uno. Dependemos de que ellos produzcan oxígeno, para mantener esta atmósfera adecuada para nosotros. Y son ellos los que la mantienen adecuada para nosotros. Dependemos de ellos y lo hemos olvidado".
"Me pregunté qué pasaría si la naturaleza se volviese contra nosotros. En un instante, tuve todo el proyecto montado en mi cabeza. Quería un estilo particular para esta película, quería hacer algo eléctrico, fuerte y dinámico", contaría también.
El resultado fue El incidente, que puedes ver en abierto esta noche a través del canal de TDT de Mediaset FDF a las 22.55 horas.
Después de que se produzcan cada vez más suicidios misteriosos en las principales ciudades de la costa este de Estados Unidos, Elliott Moore (Mark Wahlberg), un profesor de biología de Filadelfia, descubre que las plantas han desarrollado una neurotoxina que, en última instancia, lleva a las personas al suicidio. Decidido a abandnar el campo con su esposa Alma (Zooey Deschanel), su compañero Julian (John Leguizamo) y su hija para escapar del peligro mortal, el plan se complica la catástrofe empieza a llegar también a zonas más remotas y los refugiados, aterrorizados, intentan sobrevivir de alguna manera.
A pesar de lo atractivo de su premisa, suicidios inexplicables en masa, público y crítica fueron bastante duros con la película de Shyamalan, a menudo considerada una de las peores del cineasta. Sin embargo, con el paso del tiempo el filme ha adquirido el estatus de culto para algunos.
"Shyamalan demuestra una vez más su capacidad para crear un suspense aletargado, ensimismado en sí mismo, que bascula siempre entre lo sublime y lo ridículo", le concedía Cristina Álvarez López en su crítica de 3,5 estrellas para SensaCine. "Una variante ciertamente personal del cine de catástrofes a partir de una propuesta que sabe transitar por la vertiente minimalista del espectáculo -muy en la línea de Los Pájaros (Alfred Hitchcock, 1963)-. Una pena que en su faceta íntima y sentimental el filme resulte demasiado forzado y previsible, haciendo que el conjunto se deshinche".