"Pocas veces me he reído tanto en mi vida como en esta película": Luis Tosar y Luis Zahera protagonizan 'Amanece en Samaná', justo 15 años después de su participación en 'Celda 211'
Georgina Izuzquiza
El cine de los '90 y 2000 ha marcado su vida. Aunque viva con pasión Disney, Harry Potter o El Señor de los Anillos, nunca dirá que no a 'Tienes un e-mail' o 'El gran Lebowski'

Luisa Mayol y Bárbara Santa-Cruz completan el reparto de la nueva película del director Rafa Cortés. ¡Ya en cines!

El 12 de septiembre de 1982, la vida de Luis Zahera cambió para siempre. Ese domingo, Ángeles, una de sus cuatro hermanas mayores, decidió llevar a Luis al teatro y el joven de 16 años tuvo una epifanía: debía dedicarse a la actuación. La obra Angélica en el umbral del cielo había despertado algo en él que, 42 años y dos premios Goya después, todavía sigue marcando el curso de su vida. "Cuando enseño mi calendario a actrices más jóvenes, me dicen: 'Luis, tú tienes que ir a un psicólogo'. Tengo que aprender a decir que no. No sé si me sonrió esta profesión o soy un afortunado, pero tengo que empezar a decir que no a proyectos y que los haga Bárbara Santa-Cruz", comenta a SensaCine, sonriendo y observando la reacción de la actriz que se sienta justo a su lado.

Bárbara Santa-Cruz y Zahera son amigos recientes. Dos actores que se han encontrado en un resort reservado durante dos meses en República Dominicana para rodar, en un gran ejercicio de improvisación, una comedia dramática titulada Amanece en Samaná. Tras las declaraciones de Zahera, Santa-Cruz nos confiesa que ella no tiene tanto volumen de trabajo como para rechazar papeles con tanta facilidad, aunque considera que esta película ha sido "una bendición" dentro de su trayectoria. "He vuelto alegre, relajada, descansada, inspirada y confiada de este rodaje. Yo empecé a trabajar en el mundo de la actuación porque vi un cartel en el que se buscaba actriz para un cortometraje en la universidad. Era Clases particulares de Alauda Ruiz de Azúa, y fue el primer corto que hice hace once años", responde a su compañero de profesión.

Zahera y Santa-Cruz son solo dos de las patas de un proyecto que el director Rafa Cortés ha decidido llevar a cabo 17 años después de su primera película. Amanece en Samaná supone la adaptación cinematográfica de la obra teatral Cancún, del autor Jordi Galceran. Como su título indica, el destino de sus protagonistas ha cambiado respecto a la historia original: "Yo llamé a Jordi y le dije: 'Jordi, si hiciera Cancún en un sitio que no fuera Cancún, ¿te molestaría?'. Él me explicó que podía desarrollarse en cualquier lugar. 'La única condición es que los personajes hagan un viaje importante que les saque de su contexto habitual y que, teóricamente, estén celebrando algo importante'. En este caso, 20 años de amistad".

Una decisión que lo cambia todo

Esta comedia de enredo tiene como protagonistas a dos parejas de amigos, Alejandra y Santi, por un lado, y Natalia y Mario, por otro. Los cuatro deciden celebrar sus dos décadas de amistad en Samaná, un municipio de la República Dominicana, donde les esperan unos días de descanso, fiesta y diversión. Sin embargo, todo cambia la noche en la que Alejandra, un poco risueña debido al licor Mamajuana, confiesa a sus compañeros de viaje una decisión que tomó la noche en la que se conocieron los cuatro.

Hace 20 años, Alejandra hizo trampas para terminar con Santi, quien realmente estaba interesado en Natalia, mientras que Mario quería ligar con Alejandra. Esta decisión cambió el rumbo de la vida de los protagonistas, algo que hace romper los cimientos de la relación entre ambas parejas. Al día siguiente, Alejandra se despierta con una resaca descomunal y descubre que su revelación ha provocado una serie de consecuencias difíciles de imaginar.

De 'Fatum' y 'Celda 211' hasta Samaná

Hasta este momento del viaje, sabemos que Zahera y Santa-Cruz se subieron a un avión para interpretar a Mario y Natalia, respectivamente. ¿Qué otra pareja sirve como pilar de esta peculiar historia? No podía ser otra que la de Luis Tosar y Luisa Mayol, actores que son marido y mujer en la vida real y que guardan una estrecha relación con Zahera, quien es amigo de Tosar desde hace más de 30 años.

"Creo que pocas veces me he reído tanto en mi vida como en esta película. Con Luisa y Zahera la confianza es absoluta, y la complicidad, total. Con Bárbara, en cambio, la hemos ido construyendo a lo largo del proceso, ya que no habíamos coincidido antes. Fue muy gracioso; me he reído muchísimo", explica Tosar a SensaCine, antes que Mayol nos cuente que fue Pau Esteve, el director de fotografía de Fatum y de esta película, quien les aconsejó formar parte de este viaje.

Los actores de Celda 211, cinta que este mes cumple su 15º aniversario, se conocieron cuando Zahera aún no utilizaba ese apellido como nombre artístico. Para el ganador de tres premios Goya, Zahera era simplemente Castro, un actor gallego que un día se le acercó en una sala de teatro en Galicia para, en tono humorístico, reprocharle que le había quitado un papel en una obra de teatro. Aquella conversación fue el inicio de una gran amistad que, tres décadas y más de una decena de películas después, los ha llevado nuevamente frente a la cámara en un paraíso caribeño y con una película poco convencional, una en la que no había guion, sino que los actores tuvieron que crear las escenas a través de ejercicios de improvisación y, sobre todo, de muchas risas.

Un actor de 'Juego de Tronos', lo mejor de todo

El deseo del director de Amanece en Samaná era que las dos parejas protagonistas tuvieran una relación en la vida real. Al principio, esto fue así, pero una de las parejas decidió cortar su relación y abandonar el proyecto. "¿Me obstino en buscar otra pareja o me centro en una relación de amistad verdadera? Luis Tosar y Luis Zahera se conocen desde hace muchísimo y eso se nota en la película, luego encontramos a Bárbara Santa-Cruz y fue un bingo", nos explica Cortés sobre la importancia de que todos los protagonistas congeniaran, especialmente considerando que el guion estaba compuesto en un 80% por decisiones ya tomadas y en un 20% por "verdadera magia".

Este segundo largometraje surgió de la adaptación de una obra teatral, pero eso no significa que el director contara con un guion ya cerrado. "Para nosotros, Amanece en Samaná suponía un desafío porque era completamente diferente a lo que habíamos hecho en Fatum. En esta nueva película, debíamos hacer todo a través de la improvisación, sin un guion determinado; así que nos gustó el desafío de salir de nuestra zona de confort", nos explica Mayol antes de que Tosar, sentado justo a su lado, nos confiese que que lo mejor de toda improvisación fue contar con la presencia de Charles Dance, Tywin Lannister en Juego de Tronos.

A mí, las improvisaciones que más gracia me hacían eran las de Charles Dance y Andresito Germosén. Esa pareja era un deshueve constante. Además, en la película se plantea una cuestión sobre la comunicación, que también existía de alguna manera en la vida real. Entre ellos había un toque de 'Lost in Translation' muy gracioso

"El equipo no se esperaba tantas risas. Con un guion, la gente sabe cuándo viene el chiste; aquí, las cosas surgían de repente, y claro, era imposible reprimir la risa y terminabas descojonándote", continúa. En la habitación contigua, Zahera nos explica que su compañero de profesión se refiere a Andresito Germosén, un actor dominicano que vive en Los Ángeles y "tiene el castellano un poco así. Entonces, le salía cada giro que nos moríamos de la risa".

En cuanto al exigente ejercicio de improvisación al que se vieron sometidos los actores, el protagonista de Pájaros nos explica que "la improvisación te pone en alerta; es un póker muy emocionante, marcado también por la parte infantil de irnos de vacaciones y ver cómo viven los millonarios, era como estar en una auténtica película". Según nos explica Cortés, los actores debían improvisar antes de cada toma, marcando una estructura que definiese qué querían hacer ante la cámara y reservando todavía un pequeño espacio para más para la improvisación: "Al día siguiente, el montador me enseñaba qué teníamos y decidíamos cómo montarlo. Fue una ida de olla de trabajo, porque tenía que prestar mucha atención. Me salía humo por las orejas".

Una chispa capaz de provocar una reacción en cadena

Para los protagonistas de Amanece en Samaná, la confesión de Alejandra es la que hace que todo se ponga patas arriba en sus vidas. Para Zahera, fue esa tarde de teatro con su hermana la que hizo que tuviera esa epifanía y supiese a qué se debía dedicar toda su vida. Santa-Cruz, sin embargo, solo tuvo que mirar el tablón de ofertas de su universidad para introducir sus pies en el mundo de la actuación.

En la vida Mayol, fue su participación en El cuaderno de Sara la que inició una reacción en cadena en 2018. El equipo de casting de la película dio un empujón de esperanza y confianza a la actriz, quien acababa de mudarse desde Chile para vivir una nueva vida junto a Tosar. "Me marcó mucho esa película, porque es la primera que hice siendo madre y nuestro hijo era muy, muy pequeño. Luis se dejó esa fecha justo para que yo pudiera participar y fui muy ilusa, porque el rodaje era en África y, claro, yo me quería llevar a toda la familia. Luis fue quien me hizo ver que no podía llevarme a nuestro hijo a la selva. Lo viví con una adrenalina diferente; me di cuenta de que lo quería hacer porque lo necesitaba", nos confiesa.

Una confesión que lo cambió todo para dos parejas: llega a los cines el 8 de noviembre la comedia dramática Amanece en Samaná

Para Tosar, su turno llegó en el año 2001, después del estreno de Los Lunes al sol, del director Fernando León de Aranoa, cinta que protagonizó junto a Javier Bardem. "Los lunes al sol claramente desencadenó un movimiento notorio, porque esa película tuvo mucha repercusión. Años más tarde, Te doy mis ojos se alimentó de ese movimiento. Luego, claramente, con Celda 211, también volvió a pasar y fue un cambio de paradigma", nos confiesa el actor sobre las tres películas que, precisamente, le hicieron ganador de tres premios Goya. "De hecho, yo me fui a rodar fuera y cuando volví la película ya se había estrenado y me di cuenta de que había cambiado mi vida para siempre. Mi vida ya no tenía nada que ver; me bajé del avión y lo noté de inmediato".

13 años después, esa chispa le ha llevado junto a sus tres compañeros de reparto hasta Samaná, viaje que ha quedado grabado para la posteridad y que ya puede disfrutarse en todas las salas de cine.

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